"Los usurpadores" - читать интересную книгу автора (Ayala Francisco)

Apéndices

Introducción a «El Hechizado»

El Hechizado es una cerrada composición literaria, que empieza y concluye en sus propios términos; pero pertenece como pieza a una serie de novelas ejemplares -aún por escribir en su mayoría-, y sólo dentro de ese conjunto adquirirá el cabal sentido que a su intención corresponde. El darla así, suelta, al público me obliga para con él a una explicación que supla de algún modo la falta de tales referencias.

Sin embargo, quiero reducirla a lo indispensable remitiéndole a otro relato que, destinado en principio a la misma serie, se publicó en el número 106 de la revista Sur bajo el título de La campana de Huesca. Si en esa ocasión no experimenté iguales escrúpulos, la comparación de ambos textos con vistas al motivo capital que los une dará razón del porqué.

La campana de Huesca es una narración que se presenta desde luego como tal. Con directa ingenuidad declara cuál es su asunto: se trata del poder organizado que el hombre ejerce sobre el hombre, y aparecen en ella seres distintos que viven diversamente esa misma terrible experiencia. Pero aquí, en El Hechizado, no hay nadie que viva nada; ni hay hombres, ni verdadera vida. Hay el solo poder, su armazón vacío.

Una novela sin personajes puede hacerse, a condición de que los personajes estén detrás de la cortina, de que hayan transferido su espíritu a las cosas. Pero una novela sin vida humana, aun cuando esté poblada de personajes… Pues eso es lo que he querido hacer aquí. Y sería demasiado pedir a la atención de quien -desprevenido acerca del motivo cardinal que reúne a las piezas de la todavía incompleta serie- se enfrentase con los forzados enfoques de ésta, que no sucumbiera al desconcierto.

Hecha la prevención, el avisado lector juzgará cómo y hasta qué punto están conseguidos ése y otros propósitos literarios. Al que no le sea tanto, te avisaré yo, además, de que todas las figuras que ahí aparecen, sin excluir al rey Carlos II, el Hechizado, son fingidas y carecen por completo de realidad histórica.


F. A.


Buenos Aires, mayo de 1944.