"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)tiene una personalidad multiforme y a veces carece de existencia. Si el
lector--este lector de quien hablamos tanto los escritores--fuese una realidad concreta y tangible, entonces yo me dirigirэa a щl y le dirэa: --┐Quщ artэculo de San Sebastiсn quiere usted que yo le haga? ┐El de la lluvia? ┐El del jugador? ┐El de las pulgas? ┐El de la Concha? ┐El del objeto perdido? ┐El de la misteriosa extranjera...? Porque en San Sebastiсn no hay arriba de doce temas para artэculos. Los corresponsales madrileёos que vienen aquэ hacen las mismas crєnicas cada temporada. Yo conozco a un compaёero que lleva ya quince sobre la lluvia. Es un especialista. ┐Cєmo se explica el que esta municipalidad, tan adelantada en otras cosas, no se haya cuidado nunca de darle temas a los escritores? Tal abandono es verdaderamente lamentable. Una ciudad de placer que no varэa sus temas literarios, una playa que no renueva sus crєnicas, estс condenada a muerte. Toda la literatura de San Sebastiсn resultarс una cosa trasnochada tan pronto como, a orillas del Cantсbrico o del Mediterrсneo, se levante otro gran Casino con nuevos temas para los cronistas. Los periєdicos madrileёos se apresurarсn a mandar allэ la nube de corresponsales que ahora envэan a San Sebastiсn. Al artэculo de la lluvia sucederс el artэculo del sol o del relente; la crєnica de las pulgas serс substituida por una sobre las chinches o sobre las cucarachas. бQuщ placer para los periodistas y para los lectores de advenimiento del romanticismo. Los veraneantes afluirсn en masa a la nueva playa de moda, y San Sebastiсn desaparecerс del mundo como centro de placeres. Yo he llegado a San Sebastiсn hace varios dэas. Mi querido Fernсndez Flєrez estaba todavэa aquэ. --Supongo--le dije--que me habrс dejado usted alg·n tema disponible, aunque sea de segundo o tercer orden. Fernсndez Flєrez se rascє la cabeza. --Veamos, veamos--insistэ yo--. Ha hecho usted ya el artэculo de la lluvia, el del Casino, el de las pulgas... Los habэa hecho todos, y, ademсs, los habэa hecho como yo precisamente hubiese querido hacerlos. лVoy a tener que volverme a Madrid╗, pensaba yo. En esto transponэamos las puertas del Casino, y yo observщ que el portero era tuerto. лбQuщ coincidencia!--exclamщ--. Este portero tuerto, aquэ donde se juega |
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