"El Alquimista" - читать интересную книгу автора (Coelho Paulo)

PRÓLOGO

El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su autor: Osear Wilde. Mientras hojeaba sus páginas encontró una historia sobre Narciso.

El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago. Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, a la que llamaron narciso.

Pero no era así como Osear Wilde acababa la historia.

El decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades — diosas del bosque — y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era, en un cántaro de lágrimas saladas.

— ¿Por qué lloras? — le preguntaron las Oréades.

— Lloro por Narciso — repuso el lago.

— ¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! — prosiguieron ellas —. Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.

— ¿Pero Narciso era bello? — preguntó el lago.

— ¿Quién si no tú podría saberlo? — respondieron, sorprendidas, las Oréades —. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.

El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:

— Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.

— Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.

— ¡Qué bella historia! — dijo el Alquimista.