"Me Muero Por Ir Al Cielo" - читать интересную книгу автора (Flagg Fannie)Las malas noticias viajan deprisa 9h 59m de la mañana En Elmwood Springs, las vecinas Ruby Robinson y Tot Whooten recibieron la noticia sobre Elner antes incluso que Norma y Macky. A primera hora de aquella mañana, después de que partiera la ambulancia, Ruby y Tot entraron y la primera llamó a Boots Carroll, amiga suya que trabajaba de enfermera en el Hospital Caraway, y le dijo que su vecina, la señora Shimfissle, iba camino del centro y que estuviera al tanto. Por cortesía profesional, Boots la llamó después y le informó de que desde la sala de urgencias se había notificado oficialmente que la señora Shimfissle había sufrido parada cardíaca a las nueve y cuarenta y siete minutos y acto seguido leyó el informe por teléfono. Cuando Ruby colgó, se volvió hacia Tot, que estaba sentada a la mesa de la cocina, y negó con la cabeza. – No ha podido ser. – Oh, no… ¿Qué ha pasado? – Shock anafiláctico. Tantas avispas picando a la vez, y el corazón se le ha parado. – No puedo creerlo. ¿Están seguros? – Sí, claro. Boots dice que prácticamente era un caso de muerte al ingreso, ya desde el principio no había ninguna posibilidad. Yo sabía que su pulso era débil, pero pensaba que se repondría. Pobre Elner. Bueno, al menos no ha sufrido; algo es algo, supongo. – Entonces, ¿está muerta de veras? -dijo Tot, que aún no se lo creía. – Sí. -Ruby se acercó y se sentó-. Desgraciadamente, sí, está muerta de veras. – Si tenía que morirse, me alegra que no se haya muerto allá en Florida, rodeada de desconocidos. – Sí, menos mal que cuando ha pasado estaba en su patio. Las dos se quedaron sentadas un momento con la mirada ausente, intentando asimilar el hecho de que habían perdido para siempre a su amiga y vecina. Al cabo de un rato, Tot respiró hondo y dijo: – Bueno…, es el final de una época, ¿verdad? Ruby asintió y habló con tono solemne: – Sí, así es. Conocía a Elner Shimfissle de toda la vida… – Yo también -dijo Tot-. Es que me cuesta imaginarlo, no verla cada día en el porche, saludando a todo el mundo. Era una buena viejita, ¿eh, Ruby? – Desde luego -confirmó Ruby. Siguieron sentadas pensando en cómo se vería afectada su vida por la marcha de Elner para siempre. No sólo la habían visto cada día, sino que, durante años, habían llevado a diario sus sillas plegables al patio de Elner, donde conversaban y observaban cómo se ponía el sol. – ¿Y ahora qué va a pasar con el Club de la Puesta de Sol? -preguntó Tot. – No lo sé -contestó Ruby. – ¿Y este año quién esconderá los huevos de Pascua? – No tengo la menor idea. Ya lo hará alguien. – La Pascua no será lo mismo sin Elner. – No, no lo será, y ahora que lo pienso, Luther Griggs va a sentirse muy afectado cuando lo sepa…, y la pobre Norma seguro que lo pasará fatal. – Oh…, seguro -dijo Tot-. Probablemente perderá el control y sufrirá un ataque interminable. – Estará fuera de sí, no te quepa duda. Creo que estaba más unida a Elner que a su propia madre. – Es cierto. ¿Y quién la va a culpar por eso? -añadióTot al punto-. A mi Ida me caía bien, pero a veces podía ser insoportable. Ruby estuvo de acuerdo. – A mí también me caía bien, pero se daba aires de superioridad. Gracias a Dios, Norma tiene a Linda para ayudarla a superarlo. – Y también el nuevo nieto le servirá para reconfortarla, lo que no ocurriría en mi caso -soltó Tot. Siguieron sentadas, mirando fijamente la mesa, ahora pensando en la pobre Norma. Transcurridos unos instantes, Tot dijo: – Bueno… ¿Qué hemos de hacer ahora? – Supongo que deberíamos ir a casa de Elner y asegurarnos de que todo está bien, cerrar las puertas y eso; seguramente regresarán tarde. – Sí, de acuerdo. -Tot levantó la vista al reloj de cocina de plástico rojo con forma de tetera, y luego fue al teléfono y llamó al salón de belleza para hablar con su hija-. Darlene, anula todas mis citas. Hoy no iré. La pobre Elner Shimfissle ha muerto por las picaduras de un enjambre de avispas. Estoy tan afectada que no podría arreglar el pelo de nadie por mucho que lo intentara. |
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