"El realismo y la historicidad del conocimiento" - читать интересную книгу автора (Feyerabend Paul)Redpsicologia > Biblioteca > Articulos de epistemologia
EL REALISMO Y LA HISTORICIDAD DEL CONOCIMIENTO Paul Feyerabend
El problema al que alude el tнtulo no es
nuevo. Surgiу en Occidente con los presocrбticos; fue formulado por Platуn y
Aristуteles, desmantelado por el ascenso de la ciencia moderna, y reapareciу
con la mecбnica cuбntica y la creciente fuerza de los enfoques histуricos (por
oposiciуn a teуricos) del saber. El problema consiste, en resumen, en la
cuestiуn siguiente: їCуmo es que una informaciуn que es resultado de cambios
histуricos e idiosincrбticos pueda referirse a hechos y leyes independientes de
la historia? Para examinar el problema, lo sustituirй por dos supuestos y las
dificultades que suscita su uso corriente.
LOS SUPUESTOS
El primer
supuesto es que las teorнas, los hechos y los procedimientos que constituyen el
conocimiento (cientнfico) de un periodo determinado son resultado de unos
desarrollos histуricos especнficos y sumamente idiosincrбticos. Muchos hechos
apoyan esa suposiciуn. Los griegos poseнan la inteligencia y los conocimientos
matemбticos necesarios para desarrollar las perspectivas teуricas que surgirнan
en los siglos XVI y XVII y, sin embargo, no lo hicieron. "La civilizaciуn
china -escribe J. Needham1 - habнa sido mucho mбs eficaz que la europea,
durante los catorce siglos previos a la revoluciуn cientнfica, en la
exploraciуn de la naturaleza y en el empleo de tal conocimiento en beneficio de
la humanidad"; y, sin embargo, esa revoluciуn tuvo lugar en la
"atrasada" Europa: no fue el conocimiento bueno sino el deficiente el
que condujo a un conocimiento mejor. La astronomнa babilуnica se centraba en
acontecimientos particulares, tales como la primera apariciуn de la luna
despuйs de la luna nueva, y construнa algoritmos para predecirlos. Ni las
trayectorias, ni las esferas celestes ni las consideraciones de la
trigonometrнa esfйrica desempeсaron papel alguno en esos algoritmos. La
astronomнa griega postulу primero unas trayectorias fнsicas (Anaximandro),
luego otras geomйtricas, y construyу sobre esa base. Ambos mйtodos fueron
empнricamente adecuados y capaces de refinamiento (ecuantes, excйntricas y
epiciclos en la astronomнa griega, los polнgonos en lugar de las funciones
escalonadas o en zigzag en la alternativa babilуnica). Lo que determinу la
supervivencia de una de ellas y la desapariciуn de la otra no fue la adecuaciуn
empнrica sino factores culturales2. Algunos
estudios recientes han aсadido pruebas impresionantes a esas observaciones
generales. Los historiadores de la ciencia que examinan la microestructura de
la investigaciуn cientнfica, en particular la moderna fнsica de alta energнa,
hallaron muchos puntos de contacto entre el establecimiento de un resultado
cientнfico y la concertaciуn de un complicado pacto polнtico. Resultу que
incluso los "hechos" experimentales dependen de compromisos entre
diferentes grupos dotados de diferentes experiencias, filosofнas, respaldos
financieros y trozos de alta teorнa que apoyen su posiciуn. Numerosas anйcdotas
confirman la naturaleza histуrico-polнtica de la prбctica cientнficas. El segundo
supuesto es que lo que se ha descubierto gracias a esos procedimientos
idiosincrбticos y dependientes de la cultura(y que se formula y se explica, por
tanto, en tйrminos igualmente idiosincrбticos y dependientes de la cultura)
existe de modo independiente de las circunstancias de su descubrimiento. Podemos
suprimir el camino que condujo al resultado sin perder el resultado mismo.
Llamarй esa suposiciуn el supuesto de separabilidad. Tambiйn el
supuesto de separabilidad se puede apoyar con diversas razones. їQuiйn negarнa,
en efecto, que habнa бtomos mucho antes de que se inventaran los centelleadores
y la espectroscopia de masas, que esos бtomos obedecнan las leyes de la teorнa
cuбntica mucho antes de que йstas fueran escritas, y que seguirбn haciйndolo
cuando el ъltimo ser humano haya desaparecido de la faz de la tierra? їAcaso no
es verdad que el descubrimiento de Amйrica, siendo resultado de maquinaciones
polнticas motivadas por creencias falsas y cбlculos errуneos, y resultado
ademбs malinterpretado por el mismнsimo Colуn, no afectу en modo alguno las propiedades
del continente descubierto? Poco importa que algunos filуsofos se opongan a
tales juicios temerarios, instбndonos a dejar que la ciencia hable por sн
misma, ya que la "ciencia misma" estб llena de juicios temerarios
como los mencionados. Hasta aquн,
pues, los dos supuestos que subyacen al problema; veamos ahora las
dificultades.
LAS DIFICULTADES
El supuesto de
separabilidad forma parte no sуlo de la ciencia sino tambiйn de las tradiciones
no cientнficas. Segъn Herodoto y el sentido comъn de los griegos de los siglos
sexto y quinto antes de Cristo, Homero y Hesнodo no crearon a los dioses sino
que se limitaron a enumerarlos y describir sus propiedades. Los dioses habнan
existido antes y se suponнa que seguirнan viviendo independientemente de los deseos
y los errores humanos. Tambiйn los griegos creнan que podнan suprimir el camino
que condujo al resultado sin perder el resultado mismo. їSe sigue de eso que
nuestro mundo contiene campos y partнculas junto a dioses y demonios? Los defensores
de la ciencia contestan que no, porque los dioses no tienen cabida en una
concepciуn cientнfica del mundo. Pero si se supone que las entidades postuladas
por una concepciуn cientнfica del mundo existen con independencia de йsta, їpor
quй no ha de valer lo mismo para los dioses antropomorfos? Es cierto que poca
gente cree hoy en dнa en tales dioses, y que quienes creen en ellos raras veces
ofrecen razones aceptables; pero la suposiciуn era que la existencia y la
creencia son cosas distintas y que una nueva edad oscura de la ciencia no
acabarнa con los бtomos. їPor quй se habrнa de dar un tratamiento distinto a
los dioses homйricos, cuya edad oscura es la actual? Los partidarios
de la concepciуn cientнfica del mundo responden que hay que darles un
tratamiento distinto porque la creencia en los dioses no sуlo desapareciу sino
que fue refutada con argumentos. De las entidades postuladas por tales
creencias no se puede decir que existan separadamente; son ilusiones o
"proyecciones" que no tienen significado alguno al margen del
mecanismo proyector. Pero los dioses
griegos no fueron "refutados con argumentos". Los adversarios de las
creencias populares acerca de los dioses jamбs ofrecieron razones que
demostrasen lo inadecuado de tales creencias partiendo de supuestos comunes. Lo
que encontramos es un cambio social gradual que condujo a nuevos conceptos y a
nuevos relatos construidos con esos conceptos. Consideremos
dos objeciones tempranas a los dioses de Homero. La primera pertenece a un
conocido libelo de Jenуfanes, el filуsofo viajero5. Dice que los etнopes pintan
a sus dioses negros y chatos, los tracios rubios y con ojos azules; y aсade: Pero si manos
tuvieran los bueyes, caballos, leones y esculpir y
pintar supieran igual que los hombres, a caballo el
caballo, igual que los bueyes al buey parecida traza de dioses
pintada tendrнan y en piedra esculpida, tal como ellos
mismitos luciendo figura y porte (ib., fr. 15). El dios
"verdadero" se describe, por contraste, como sigue: Un solo dios,
entre dioses y hombres mбs grande que nadie, ni en cuerpo
igual a mortales ni en cuanto a pensar se refiere. Siempre en lo
mismo quedando y sin mudarse en nada, ni le conviene
afanarse andando de un lado a otro. Todo йl ve, y
todo йl piensa, y todo йl oye; mas sin
esfuerzo el querer de su mente todo lo mueve. (ib., frs.
23-26). їCabe esperar
que esos versos convenzan a un "etнope" o a un "tracio"
empedernido? Ni hablar. La respuesta obvia serнa la siguiente: "Parece que
a ti, Jenуfanes, no te gustan nuestros dioses; pero no has demostrado que no
existan. Lo que has demostrado es que ellos son unos dioses tribales, que se
parecen a nosotros y actъan como nosotros, y que no se ajustan a tu propia idea
de dios como un superintelectual. їPero por quй semejante monstruo habrнa de
ser medida de existencia?". Incluso se
puede volver del revйs la burla de Jenуfanes, como demuestra un comentario de
Timуn de Fliunte, discнpulo de Pirrуn: <O:P</O:PJenуfanes,
medio modesto, el engaсo de Homero abatiу; a un dios
inventу sin nada humano y en todo igual, inmуvil, sin
pena, mбs listo aъn que la misma listeza6. <O:P</O:PResulta,
pues, que la burla de Jenуfanes sуlo funciona si la entidad que quiere
introducir se halla impresa ya en las mentes de sus contemporбneos; formaliza
un proceso histуrico, pero no puede originarlo. (Sospecho que sea йste sea
rasgo comъn a todos los "argumentos" que hacen "avanzar al
pensamiento"). Otra
"prueba" temprana contra el politeнsmo, recordada por la escuela
aristotйlica7, aclara todavнa mбs la situaciуn. Segъn esta prueba, <O:P</O:Pdios
o bien es uno o bien es muchos si son muchos,
son o bien iguales o bien desiguales si son iguales,
son como los miembros de una democracia pero los dioses
no son miembros de una democracia: por tanto, son
desiguales pero si son
desiguales, un dios inferior no es dios por tanto dios es uno. La prueba da
por supuesto que ser divino significa lo mismo que detentar el poder supremo.
No era йste el caso de los dioses homйricos. Una vez mбs, la prueba da en el
blanco sуlo despuйs de que se haya producido el cambio necesario de la nociуn
de divinidad: fue la historia, no los argumentos, lo que minу a los dioses.
Pero la historia no puede minar nada, al menos segъn el supuesto de
separabilidad. Ese supuesto sigue obligбndonos a admitir la existencia de los dioses
homйricos8. No nos obliga
-objetan los realistas cientнficos- porque la creencia en unos dioses
antropomorfos, aunque tal vez no haya sido refutada con razones, no fue nunca
una creencia razonable. Solamente las entidades postuladas por creencias razonables
se pueden separar de la historia. Llamarй a йste el supuesto de separabilidad
modificado. Ahora bien,
hacer de lo razonable un criterio de la existencia separable de las cosas
supone que las cosas se adaptan a los criterios de existencia y no al revйs. La
prбctica cientнfica no corresponde a ese supuesto, y le sobran razones. Decimos
que los pбjaros existen porque podemos verlos, capturarlos y tenerlos en la
mano. El procedimiento es inъtil en el caso de las partнculas alfa, y los
criterios que se usan para identificar las partнculas alfa no nos sirven cuando
se trate de galaxias distantes o de neutrinos. Los quarks fueron durante un
tiempo objeto de duda, en parte porque las pruebas experimentales estaban
controvertidas, en parte porque se requerнan nuevos criterios para unas
entidades supuestamente incapaces de existir aisladamente (el
"confinamiento"). Podemos medir la temperatura con un termуmetro;
pero eso no nos lleva muy lejos. La temperatura del centro del Sol no se puede
medir con ningъn instrumento conocido, y la temperatura de acontecimientos
tales como los primeros segundos del universo ni siquiera estaba definida antes
de que llegara la segunda ley de la termodinбmica. En todos esos casos, los
criterios se fueron adaptando a las cosas, cambiando y proliferando cuando
entraban en escena cosas nuevas. Decir que los dioses homйricos no existen
porque no se pueden encontrar con experimentos o porque los efectos de sus
actos no pueden reproducirse, es violar ese procedimiento. Pues si Afrodita existe
y posee las cualidades e idiosincrasias que se le atribuyen, ciertamente no se
quedarб sentada para someterse a algo tan estъpido y tan humillante como puede
ser una prueba de efectos reproducibles. De modo parecido se comportan las aves
huidizas, los agentes secretos y la gente que se aburre fбcilmente. Permнtanme que
me extienda un poco sobre este punto. "El hombre sabio adapta sus
creencias a la evidencia", dice Hume9, y muchos cientнficos estбn de
acuerdo. Con mбs detalle se expresa Aristуteles: "De todos los seres
compuestos por naturaleza, algunos (los astros) son ingйnitos e imperecederos
por toda la eternidad, mientras que otros estбn sujetos a generaciуn y
destrucciуn. Resulta que respecto a los primeros... los estudios que podemos
llevar a cabo son menos, porque tanto los puntos de partida de la indagaciуn
como las propias cosas que deseamos conocer presentan poquнsimas apariencias
observables. Estamos mejor equipados para adquirir conocimientos acerca de las
plantas y los animales perecederos, porque crecen a nuestro lado. Cada uno de
los dos estudios tiene un atractivo peculiar. Si bien de aquйllos alcanzamos a
ver poca cosa, obtenemos de ello, sin embargo, mayor placer que de todo cuanto
nos rodea, ya que es conocimiento valioso, del mismo modo que el mбs breve
vislumbre fortuito del ser amado nos da mбs placer que la contemplaciуn
detenida y pormenorizada de muchas otras cosas. Pero esta ъltima se aventaja en
conocimiento, siendo el saber acerca de йstas mejor y mбs abundoso"10. Pero el poder
epistйmico que se atribuye a las diversas бreas de investigaciуn no se conforma
a este principio. Los artesanos de todos los tiempos poseнan informaciуn
detallada sobre las propiedades de los materiales y su comportamiento en las
circunstancias mбs variadas, mientras que las teorнas de la materia, desde
Demуcrito hasta Dalton, fueron considerablemente menos detalladas y su relaciуn
con la evidencia mucho mбs tenue11. Aun asн, las cuestiones de la realidad y de
los mйtodos adecuados de descubrimiento se formulaban a menudo en tйrminos de
esas teorнas y no en tйrminos artesanales. La informaciуn de los artesanas no
contaba ni siquiera como saber. En tiempos mбs recientes, a la hidrodinбmica y
a la teorнa de la elasticidad, a pesar de sus mъltiples conexiones con la
experiencia, se les asignaba un sitio muy por debajo de la mecбnica abstracta
(Lagrange, Hamilton). Incluso a ciencias enteras como la quнmica y la biologнa
se les atribuyу durante largo tiempo un papel secundario en la jerarquнa de las
ciencias. Cuando a mediados del siglo diecinueve la escala de tiempo de la
geologнa y la biologнa rebasу la edad del Sol calculada por fнsicos como
Helmholtz y Kelvin y la dataciуn correspondiente del enfriamiento de la
superficie terrestre, se dio preferencia a las cifras sumamente conjeturales de
los fнsicos12. Hemos de concluir que la autoridad de que goza cada materia es
resultado de desarrollos histуricos idiosincrбticos, al igual que su forma. Es
cierto que la tenacidad de los atomistas dio sus frutos: ni la fнsica moderna
de partнculas elementales, ni la quнmica cuбntica ni la biologнa molecular
existirнan sin ella. Pero esos logros no se podнan prever, y la invocaciуn de
ignotos y aun inconcebibles efectos futuros puede hacerse valer igualmente a
favor de los dioses. Asн pues, el supuesto de separabilidad modificado no nos
ayuda tampoco a desembarazarnos de los dioses: habiendo decidido separar
historia y existencia, debemos separar la existencia de los dioses aun de la
argumentaciуn cientнfica mбs "avanzada". Resulta, pues,
que ni el supuesto de separabilidad ni el supuesto de separabilidad modificado
pueden obligarnos a aceptar los бtomos negando a la vez a los dioses. Un
realismo que separa el ser de la historia se ve forzado a poblar el ser de
cuantas criaturas fueran y aъn sigan siendo consideradas por cientнficos,
profetas y otros. Para evitar tal abundancia, algunos filуsofos y cientнficos
hallaron el siguiente recurso: las entidades cientнficas (y, para el caso,
todas las entidades) son, segъn ellos, proyecciones, y en cuanto tales se
hallan vinculadas a la teorнa, a la ideologнa y a la cultura que las postula y
las proyecta. La afirmaciуn de que ciertas cosas son independientes de la
investigaciуn o de la historia pertenece a unos mecanismos de proyecciуn
particulares que "objetivizan" su ontologнa, y no tiene sentido
alguno al margen del escenario histуrico que contiene esos mecanismos13. La
abundancia se da en la historia; no se da en el mundo. Pero no todas
las proyecciones tienen йxito. Las mencionadas "entidades
cientнficas" no son meros sueсos; son inventos que pasaron por largos
periodos de adaptaciуn, correcciуn y modificaciуn, y luego permitieron a los
cientнficos producir unos efectos hasta entonces desconocidos. De modo
parecido, los dioses de la Antigьedad y el Dios uno y trino del cristianismo
que los reemplazу tampoco fueron meras visiones poйticas. Tambiйn ellos
tuvieron efectos. Influyeron en las vidas de individuos, grupos y naciones
enteras. Los dioses y los бtomos acaso hayan empezado como
"proyecciones", pero recibieron una respuesta; lo cual significa que
lograron, por lo visto, tender un puente por encima del abismo que los
realistas ingenuos habнan colocado entre el ser y su propia existencia
histуrica. їPor quй desapareciу esa respuesta en el caso de los dioses? їPor
quй es tan poderosa en el caso de la materia?
EL PODER DE LA CIENCIA
Lo que he dicho
hasta aquн es sencillo y claro. Con todo, ni siquiera un razonamiento bien
construido nos libra de la impresiуn arrolladora de que lo que matу a los
dioses antropomorfos fue la llegada del racionalismo filosуfico primero, luego
cientнfico. Por tanto, volverй a atacar la cuestiуn desde un бngulo ligeramente
distinto. Los dioses -tanto los dioses homйricos como el omnipotente Dios
creador del cristianismo- son poderes no sуlo morales sino tambiйn fнsicos.
Provocan tempestades, terremotos e inundaciones; infringen las leyes de la
naturaleza para producir milagros; levantan los mares y detienen el curso del
Sol. Pero tales acontecimientos hoy en dнa o bien se niegan o bien se explican
por causas fнsicas, y la investigaciуn va cerrando rбpidamente las lagunas que
quedan. Proyectando asн las entidades teуricas de la ciencia, vamos
destituyendo a los dioses de su posiciуn de poder, y como las entidades mбs
fundamentales de la ciencia obedecen a leyes independientes del tiempo,
demostramos que nunca existieron. Muchas personas religiosas han aceptado esos
argumentos y han diluido su credo hasta hacerlo concordar con esta filosofнa. Ahora bien, el
hecho de que la ciencia domine ciertas бreas del conocimiento no basta de por
sн para eliminar cualquier idea alternativa. La neurofisiologнa ofrece unos
modelos detallados de los procesos mentales y, sin embargo, tanto cientнficos
como filуsofos de inclinaciones cientнficas mantienen con vida el problema de
mente y cuerpo. Algunos cientнficos incluso proponen "colocar a la mente y
la conciencia en el asiento del conductor"14, o sea devolverles el poder
que tuvieron antes del auge de la psicologнa materialista. Esos cientнficos se
oponen a la eliminaciуn y/o reducciуn de las ideas y las entidades psicolуgicas
de tipo precientнfico. No hay razуn alguna para tratar de modo distinto a los
dioses, cuyos aspectos numinosos desde siempre se han resistido a la reducciуn. En segundo
lugar, la referencia a unas leyes fundamentales independientes del tiempo sуlo
funciona si a йstas pueden reducirse las explicaciones modernas de sucesos que
antes se atribuнan a causas divinas, tales como tempestades, terremotos,
erupciones volcбnicas, etc. Pero no existen reducciones aceptables del gйnero
requerido. Los campos especiales introducen modelos especiales cuya
derivabilidad de la fнsica fundamental se supone, pero no se demuestra.
Descartes fue ya consciente de esa situaciуn cuando, en un comentario sobre la
riqueza del mundo, se confesу incapaz de reducir a sus propios principios
fundamentales las propiedades de procesos especiales como la luz, usando en
lugar de ello una variedad de "hipуtesis"15. Cuando Newton discute
las propiedades del movimiento en medios resistentes16, abandona el estilo
deductivo de su astronomнa planetaria; su tratamiento del problema es
"casi enteramente original y en gran parte errуneo. En cada pбrrafo
empiezan nuevas hipуtesis; se emplean generosamente supuestos ocultos y los
supuestos explicitados a veces no se usan en absoluto"17. Los
investigadores modernos en este terreno rechazan explнcitamente toda exigencia
de reducciуn: "Desdeсar la fнsica del continuo porque no se puede
derivarla de la fнsica nuclear es tan ridнculo como serнa reprocharle que no
tiene fundamento en la Biblia"18. La teorнa general de la relatividad
estuvo conectada durante largo tiempo con las leyes planetarias conocidas sуlo
por conjeturas, no por derivaciуn (calculando la trayectoria de Mercurio, se
aсadнa la soluciуn de Schwarzschild a los resultados de la teorнa de la
perturbaciуn pre-relativista, sin haber demostrado, a partir de los principios
fundamentales, que ambas describнan adecuadamente la situaciуn del sistema planetario).
La conexiуn entre la mecбnica cuбntica y el nivel clбsico es bastante oscura y
sуlo recientemente ha sido tratada de manera mбs satisfactoria19. La
meteorologнa, la geologнa, la psicologнa, grandes partes de la biologнa y los
estudios sociales se hallan mбs lejos todavнa de la unificaciуn. En lugar de
una multitud de particulares firmemente atados a un conjunto de leyes
fundamentales invariantes en el tiempo tenemos, pues, una variedad de enfoques
cuyos principios unificadores se mantienen indistintamente en un segundo plano:
situaciуn bastante parecida a la que se dio en Grecia tras la victoria de Zeus
sobre los Titanes20. En tercer
lugar, estamos lejos de poseer un conjunto ъnico y consistente de leyes
fundamentales. La fнsica fundamental, supuesta raнz de todas las reducciones,
se halla todavнa dividida en dos dominios principales: el mundo de lo muy
grande, domesticado por la relatividad general de Einstein, y el mundo
cuбntico, que aъn no estб completamente unificado en sн mismo. "La naturaleza
gusta de hacerse parcelizar", escribiу Dyson describiendo esta
situaciуn21. Los elementos "subjetivos", como los sentimientos y las
sensaciones, que forman otra "parcela", quedan excluidos de las
ciencias naturales, aunque juegan un papel en su adquisiciуn y control. Eso
significa que el problema (sin resolver) de mente y cuerpo afecta los
fundamentos mismos de la investigaciуn cientнfica. La ciencia tiene grandes
lagunas; la unidad y el alcance universal que pretende poseer no son hechos
sino supuestos (metafнsicos), y aquellas de entre sus proyecciones que
funcionan provienen de бreas aisladas y carecen, por tanto, del poder
destructivo que se les atribuye. Muestran como ciertos sectores del mundo
responden a toscas aproximaciones, pero no nos ofrecen ninguna clave acerca de
la estructura del mundo como un todo. Y finalmente,
la teorнa cuбntica, siendo la teorнa mбs fundamental y mejor confirmada de la
fнsica actual, rechaza las proyecciones incondicionales, haciendo depender la
existencia de unas circunstancias especнficas e histуricamente determinadas.
Las molйculas, por ejemplo, entidades fundamentales de la quнmica y de la
biologнa molecular, en lugar de simplemente existir y punto, sуlo aparecen en
condiciones bien definidas y bastante complejas. Si alguien
insiste todavнa en que los trozos sueltos de ciencia que revolotean por ahн en
nuestros dнas son muy superiores a las colecciones anбlogas de tiempos pasados
(una naturaleza viviente, dioses caprichosos, etc.), entonces he de remitirme a
lo que dije antes: a saber, que esa superioridad es el resultado de haber
seguido un camino de menor resistencia. Con experimentos se puede atrapar la
materia, no a los dioses. Dicho sea de paso que ese punto juega un papel
tambiйn en el interior de las ciencias. R. Levins y R.C. Lewontin22 escriben,
comentando la significaciуn de los recientes avances de la biologнa molecular,
que "el enorme йxito del mйtodo cartesiano y de la visiуn cartesiana de la
naturaleza resulta en parte de un camino histуrico de menor resistencia. Los
problemas que sucumben al ataque se persiguen con mayor vigor, precisamente
porque ahн funciona el mйtodo. Otros problemas y otros fenуmenos se dejan de
lado, alejados de la comprensiуn por el compromiso a favor del cartesianismo.
Los problemas mбs arduos no se afrontan, aunque sea por la sola razуn de que
las carreras cientнficas brillantes no suelen edificarse sobre el fracaso
constante. Asн los problemas que plantea la comprensiуn del desarrollo
embrionario y psнquico o la estructura y funciуn del sistema nervioso central
permanecen mбs o menos en el mismo estado insatisfactorio en que se hallaban
hace cincuenta aсos, mientras los biуlogos moleculares van de triunfo en
triunfo describiendo y manipulando genes"(ib., pp. 2s.). E. Chargaff23 escribe:
"A menudo se considera que la insuficiencia de toda experimentaciуn
biolуgica frente a la vastedad de la vida puede compensarse mediante una firme
metodologнa. Los procedimientos claramente definidos presuponen unos objetos
sumamente limitados"(ib., p. 170). No se podrнa expresar con mayor
claridad la insuficiencia de la ciencia frente a los dioses.
DOGMATISMO, INSTRUMENTALISMO, RELATIVISMO
Ante tal
situaciуn caben distintas reacciones. Una consiste en desentenderse del
problema y seguir describiendo el mundo conforme a la metafнsica que prefiera
cada cual. Йsta es la actitud de la mayorнa de los cientнficos y filуsofos
cientнficos. Es una actitud sensata: fue la de los griegos y romanos cultos que
siguieron fieles a sus dioses en medio de una lluvia de objeciones filosуficas.
Pero no resuelve nuestro problema. Los
instrumentalistas reaccionan abandonando el segundo supuesto, aunque no del
todo ("nada existe"), sino sуlo respecto a ciertas entidades24. La
confrontaciуn con ontologнas alternativas reaviva el problema. Los
relativistas aceptan el primer supuesto pero relativizan el segundo: los бtomos
existen, dado el marco conceptual que los proyecta. El problema es, en este
caso, que las tradiciones no sуlo carecen de fronteras bien definidas sino que
contienen ambigьedades y mйtodos de cambio que capacitan a sus miembros para
pensar y actuar como si no hubiese fronteras: cada tradiciуn es, en potencia,
todas las tradiciones. Relativizar la nociуn de existencia reduciйndola a un
solo "sistema conceptual" que luego se aisla del resto y se presenta
como un recorte exento de ambigьedades, es mutilar a las tradiciones reales y
crear una quimera25. No deja de ser paradуjico que tal sea la actitud de gente
que se precia de tolerante para con todas las maneras de vivir. Los
relativistas aciertan, sin embargo, al afirmar que la tentaciуn de proyectar
ciertas entidades (dioses o бtomos) se acrecienta en determinadas
circunstancias y disminuye en otras. Una vez dadas las circunstancias
favorables, las entidades "aparecen" efectivamente de manera clara y
decisiva. Los recientes desarrollos de la interpretaciуn de la mecбnica
cuбntica sugieren que tales apariciуn han de considerarse fenуmenos (el tйrmino
es de Bohr) que trascienden la dicotomнa entre lo subjetivo y lo objetivo (que
subyace al segundo supuesto): son "subjetivos" en cuanto no podrнan
existir sin la guнa idiosincrбtica, conceptual y perceptiva, de algъn punto de
vista (no necesariamente explнcito); pero tambiйn son "objetivos", ya
que no todas las maneras de pensar dan resultados ni todas las percepciones son
fiables. Hace falta una nueva terminologнa para adaptar nuestro problema a esta
situaciуn.
LOS SERES HUMANOS COMO ESCULTORES DE LA
REALIDAD
Segъn el primer
supuesto, nuestras maneras de pensar y de hablar son productos de desarrollos
histуricos idiosincrбticos. Tanto el sentido comъn como la ciencia ocultan esta
situaciуn. Afirman, por ejemplo (segundo supuesto), que los бtomos existнan
mucho antes de ser descubiertos. Eso explica por quй la proyecciуn hallу
respuesta, pero pasa por alto que tampoco quedaron sin respuesta otras
proyecciones enteramente distintas. Una manera
mejor de contar la historia es la siguiente. Los cientнficos, equipados con un
complejo organismo e insertos en unos entornos fнsicos y sociales sujetos a
cambios constantes, emplearon diversas ideas y acciones (y, mucho mбs tarde,
equipamientos que llegarнan a incluir complejos industriales como el CERN) para
fabricar, primero, unos бtomos metafнsicos, luego unos toscos бtomos fнsicos y,
finalmente, unos complejos sistemas de partнculas elementales, a partir de un
material que no contenнa esos elementos pero que era capaz de amoldarse a
ellos. Desde este punto de vista, los cientнficos son escultores de la
realidad; aunque escultores en un sentido especial. No sуlo actъan causalmente
sobre el mundo (aunque eso tambiйn lo hacen, y tienen que hacerlo si quieren
"descubrir" nuevas entidades), sino que tambiйn crean unas
condiciones semбnticas que generan interferencias fuertes que actъan desde los
efectos conocidos a las proyecciones novedosas y, a la inversa, desde las
proyecciones a los efectos experimentalmente verificables. Estamos ante la
misma dicotomнa de descripciones que Bohr introdujo en su anбlisis del caso de
Einstein, Podolsky y Rosen26. Cada individuo, cada grupo y cada cultura trata
de lograr un equilibrio entre las entidades que postula y las creencias,
necesidades, expectativas y maneras de argumentar predominantes. El supuesto de
separabilidad surge en casos (tradiciones, culturas) especiales; pero no es
condiciуn que satisfaga (ni que haya de satisfacer) todo el mundo, y
ciertamente no es una base sуlida para la epistemologнa. En resumidas cuentas,
la dicotomнa entre lo subjetivo y lo objetivo y la dicotomнa correspondiente entre
descripciones y construcciones es demasiado ingenua como para orientar nuestras
ideas sobre la naturaleza y las implicaciones de las pretensiones del
conocimiento. No estoy
afirmando que cualquier combinaciуn de acciones causales y semбnticas haya de
conducir a un mundo bien articulado y en el cual se pueda vivir. El material al
que se enfrentan los seres humanos (y, por cierto, tambiйn los perros y los
simios) requiere una aproximaciуn adecuada. Ofrece resistencia; ciertas
construcciones no hallan en йl ningъn punto de apoyo y simplemente colapsan (el
caso de algunas culturas incipientes como, por ejemplo, los cargo cults). Por
el otro lado, ese material es mucho mбs maleable de lo que se suele suponer.
Moldeбndolo de determinada manera (la historia de la tecnologнa que conduce a
un aerodinбmico entorno tecnolуgico y a grandes ciudades de la investigaciуn
como el CERN), obtenemos partнculas elementales; procediendo en otro sentido,
obtenemos una naturaleza viviente y llena de dioses. Incluso el "descubrimiento"
de Amйrica, que citй en apoyo del supuesto de separabilidad, admitiу cierto
margen de libertad, como demuestra el fascinante estudio de Edmundo O'Gorman La
invenciуn de Amйrica27. La ciencia ciertamente no es la ъnica fuente de
informaciуn ontolуgica fiable. Importa leer
estas afirmaciones de la manera justa. No se trata de un bosquejo de una nueva
teorнa del conocimiento que explique la relaciуn entre los seres humanos y el
mundo y ofrezca una fundamentaciуn filosуfica para cualesquiera descubrimientos
que se hagan. Tomarse en serio el carбcter histуrico del conocimiento significa
rechazar cualquier intento de esa нndole. Podemos describir los resultados que
hayamos obtenido (aunque la descripciуn siempre serб fatalmente incompleta),
podemos comentar las semejanzas y las diferencias que nos hayan llamado la
atenciуn, podemos tratar incluso de explicar "desde dentro", es
decir, empleando los medios prбcticos y conceptuales que nos ofrece algъn
enfoque particular, lo que gracias a tal enfoque hayamos descubierto (la teorнa
de la evoluciуn, la epistemologнa evolucionista y la cosmologнa moderna
pertenecen a esta categorнa). Podemos contar muchos cuentos interesantes. Pero
no podemos explicar cуmo el enfoque elegido se relaciona con el mundo ni por
quй, en tйrminos del mundo, tiene йxito; pues eso equivaldrнa a conocer los
resultados de todos los enfoques posibles o -lo que viene a ser lo mismo- a
conocer la historia del mundo antes de que el mundo haya tocado a su fin. Aun asн, no
podemos prescindir del saber hacer cientнfico. El impacto material, espiritual
e intelectual de la ciencia y de las tecnologнas basadas en ella ha
transformado nuestro mundo. La reacciуn del mundo ante esa transformaciуn
(reacciуn bastante extraсa, por cierto) es que estamos atrapados en un entorno
cientнfico; necesitamos a los cientнficos, ingenieros, filуsofos de
inclinaciones cientнficas, sociуlogos, etc., para habйrnoslas con las
consecuencias. Mi tesis es que esas consecuencias no estбn fundadas en una
naturaleza "objetiva" sino que provienen de un complicado juego
recнproco entre un material desconocido y relativamente maleable, por un lado,
y, por el otro, unos investigadores que influyen sobre el material a la vez que
йste influye en ellos y los cambios; en fin de cuentas, es el mismo material
del que estбn hechos ellos mismos. No por ello resulta mбs fбcil eliminar los
resultados. No se puede apartar de un soplo el lado "subjetivo" del
conocimiento, inextricablemente entrelazado con sus manifestaciones materiales.
Lejos de sуlo constatar lo que estaba ya ahн, creу unas condiciones de
existencia, un mundo que corresponde a esas condiciones y una vida adaptada a
este mundo; esos tres hechos juntos apoyan o "establecen" ahora las
conjeturas que condujeron a ellos. Aun asн, una ojeada a la historia demuestra
que este mundo no es un mundo estбtico poblado por hormigas pensantes (y que
publican) que recorriendo sus grietas van descubriendo poco a poco los
contornos de este mundo sin ejercer ningъn efecto sobre йl, sino un ser dinбmico
y de muchas facetas que refleja la actividad de sus exploradores e influye en
ella. En otros tiempos estaba lleno de dioses; luego se convirtiу en un
insнpido mundo material; y se puede cambiarlo de nuevo, si sus habitantes
tienen la determinaciуn, la inteligencia y el бnimo de dar los pasos
necesarios.
Paul Feyerabend - Revista
MANIA - Artнculo publicado
originalmente en inglйs en The Journal of Philosophy; vol. 86, n. 8,
agosto de 1989.
1 Science in Traditional China, Nueva York-Cambridge, 1981, pp. 3, 22ss.
Sobre
los detalles, vйanse las secciones de Needham et al., Science and Civilisation
in China, Nueva York-Cambridge, 1956ss., en particular el vol. V, parte VII.
Una breve pero sugerente comparaciуn entre los desarrollos que se dieron
simultбneamente en Grecia y en China se encuentra en los artнculos de Jacques
Gernet y Jean-Pierre Vernant en Vernant, Mito y sociedad en la Grecia antigua,
Siglo XXI, Madrid, 1982. 2 La convicciуn
de que la astronomнa griega fue intrнnsecamente superior a la babilуnica
refleja una parte de las pruebas de que habнa, por un lado, teorнas estables y,
por el otro, unos programas de investigaciуn de rбpido crecimiento. Pero el
crecimiento de un lado y la estabilidad del otro no se debнa a йxitos u
obstбculos empнricos sino a unas condiciones sociales diferentes. Vйase G.E.R. Lloyd, The Revolution of Wisdom, 3 Detalles en Andrew Pickering, Constructing Quarks, Chicago University
Press, Chicago, 1984; Peter Galison, How Experiments End, Chicago University
Press, 4 Arthur Fine,
The Shaky Game, Chicago University Press, Chicago, 1986, libro interesante y
sumamente informativo, nos invita a "dejar que la ciencia se valga por sн
misma y examinarla sin la ayuda de los 'ismos' filosуficos"(p. 9), a
"tratar de entender la ciencia en sus propios tйrminos, y no leer en ella
lo que en ella no estб"(p. 149). Dado que en mi Tratado contra el mйtodo
(trad. Cast. Tecnos, Madrid, 1986) he propuesto una perspectiva parecida, veo
la posiciуn de Fine con mucha simpatнa, pero no puedo aceptarla como
definitiva. La ciencia no es la ъnica empresa que produce pretensiones de
existencia, ni son los razonamientos cientнficos las ъnicas "complejas redes
de juicios" en que "fundan" tales pretensiones (p. 153). їHemos
de convertirnos en relativistas complacientes que aceptan como existente
cualquier cosa que alguien nos proponga de forma suficientemente complicada
(con una "red compleja de juicios"), o no deberнamos mбs bien elegir
las redes y encontrar razones que justifiquen nuestra elecciуn? De todas
maneras, la biologнa molecular, la teorнa de la evoluciуn, la cosmologнa y aun
la fнsica de altas energнas (vйase Pickering, op. cit., p. 404, sobre el "realismo
retrospectivo" de los cientнficos) contienen suficientes pretensiones de
existencia "objetiva" como para colocar las dificultades que tratarй
en el capнtulo siguiente en el centro mismo de la ciencia. 5 En
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, Weidmann, Zurich, 1983, fragmento
16. 6 En Sexto
Empнrico, Esbozos pirrуnicos, I, 224 (Jenуfanes A 35 Diels-Kranz). 7
Seudo-Aristуteles, Sobre Meliso, Jenуfanes y Gorgias, 977a14ss. 8 Marcello Pera
objeta que he empleado en mi argumentaciуn una nociуn demasiado restringida de
'argumento'. Respondo que entiendo por 'argumento' cualquier historia que se
pueda contar en un tiempo relativamente breve, que obedezca al propуsito de
demostrar que los dioses homйricos no existen, y que persiga ese objetivo con medios
"intelectuales", es decir, usando proposiciones y no procedimientos
como el terror, el hipnotismo, etc. Habrнa que aсadir que los dioses antiguos
no fueron creaciones de la fantasнa sino presencia viviente. En la sobria Roma
participaban incluso en el proceso polнtico: vйase la ediciуn revisada de
Against Method, Verso, Londres, 1988, cap. 16, sobre los dioses homйricos;
Robin Lane Fox, Pagans and Christians, Norton, Nueva York, 1987, parte primera,
secciуn 4, titulada "Seeing the Gods", sobre el Imperio Romano
tardнo; y Donald Strong, Roman Art, Penguin, Londres, 1982, sobre la Roma
republicana e imperial hasta el siglo cuarto. El Dios trino y uno del
cristianismo y los santos influyeron profundamente en las artes, en la
filosofнa y la polнtica de Occidente, y no sуlo en retrospectiva sino para las
mismas personas que elaboraron los detalles. 9 An Enquiry Concerning the Understanding, secciуn X. 10 Aristуteles,
De partibus animalium, I, 5. 11 Cyril
Stanley Smith, A Search for Structure, MIT, Cambridge, 1981, distingue entre
las teorнas de la materia, tales como la teorнa atomista, y el conocimiento de
materiales. Describe cуmo йste surgiу varios milenios antes que aquйllas, fue
mбs detallado y se vio a menudo obstaculizado por consideraciones teуricas. En
una exposiciуn presentada y explicada en From Art to Science, MIT, Cambridge,
1980, demostrу la enorme cantidad de informaciуn contenida en los productos de
los artesanos antiguos. Norma Emerton, The Scientific Reinterpretation of Form,
Cornell, Ithaca, 1984, describe la batalla entre las teorнas de la forma (que
estaban bastante prуximas a las prбcticas artesanales) y el atomismo (que no lo
estaba) y comenta los mйtodos que usaban los atomistas para defender su
supremacнa. 12 D. Burchfield, Lord Kelvin and the Age of the Earth, Hill & Wang,
Nueva York, 1975. 13 Fine, op.
cit., cap. 6, ha demostrado que asн entendнa tambiйn Einstein su propio
"realismo". 14 R. Sperry, Science and Moral Priority, 15 Discurso del
mйtodo, VI. 16 Principia,
libro II. 17 C. Truesdell, Essays in the History of Mechanics, Springer, Nueva
York, 1968, p. 9. 18 Encyclopedia of Physics, vol. III/3, Springer, Nueva York, 1965, p.
2. 19 Un resumen
de los problemas y esbozo de soluciones posibles ofrece Hans Primas, Chemistry,
Quantum Mechanics and Reductionism, Springer, Nueva York, 1981. El libro
contiene tambiйn una discusiуn detallada de la relaciуn entre la quнmica y la
fнsica fundamental. 20 Hesнodo,
Teogonнa, vv. 820ss. 21 Disturbing the Universe, Harper & Row, Nueva York, 1979, p. 63. Los teуricos de
las supercuerdas tratan de superarla multiplicidad restante, pero lo ъnico que
han conseguido hasta la fecha es forjar un lenguaje en el cual pueden hablar de
todo sin llegar nunca a ningъn resultado concreto. En las palabras de Richard
Feynman, "tengo la fuerte impresiуn de que eso es un
sinsentido"(P.C.W. Davies y J. Brown, eds., Superstrings, Cambridge, Nueva
York, 1988, p. 194). Por lo demбs, incluso si los teуricos de supercuerdas
lograsen unificar la fнsica fundamental, aъn tendrнan que habйrselas con la
quнmica, la biologнa, la conciencia, etc. 22 The Dialectical Biologist, MIT, 23 Heraclitean Fire, 24 Como observу
Duhem cuando describiу cierta fase del debate entre realistas e
instrumentalistas como una batalla "entre dos posiciones realistas"
(To Save the Phenomena, Chicago University Press, Chicago, 1969, p. 106). 25 He descrito
este aspecto del relativismo en el cap. 10 de mi libro Farewell to Reason,
Verso, Londres, 1987. (En la presunta traducciуn castellana de esta obra, Adiуs
a la razуn, Altaya, Barcelona, 1998, reediciуn a su vez de la publicada por
Tecnos, Madrid, 1992, no figura ningъn capнtulo 10 ni, por lo demбs, indicaciуn
alguna de lugar y fecha de publicaciуn del original inglйs - N. del T.). 26 Vйase la reimpresiуn en J.A. Wheeler y W.H. Zurek (eds.), Quantum
Theory and Measurement, Princeton University Press, Princeton, 1983, p. 42. El presente
ensayo estб basado firmemente en las ideas de Bohr. Al leer el epнlogo de Paul
Hoyningen, Die Wissenschaftsphilosophie Thomas Kuhns, Vieweg, Braunschweig,
1989, me di cuenta de que sus ideas fueron muy parecidas, casi idйnticas, a la
filosofнa aъn inйdita del ъltimo Kuhn. Preguntй a Hoyningen cуmo explicarнa йl
semejante armonнa preestablecida (cuando escribн este texto no estaba
familiarizado con la filosofнa del ъltimo Kuhn). Me contestу: "La gente
razonable piensa siguiendo las mismas lнneas"; respuesta que parece
enteramente aceptable. 27 Edmundo
O'Gorman, La invenciуn de Amйrica. Investigaciуn acerca de la estructura
histуrica del nuevo mundo y del sentido de su devenir, Fondo de Cultura
Econуmica, Mйxico, 1984.
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EL REALISMO Y LA HISTORICIDAD DEL CONOCIMIENTO Paul Feyerabend
El problema al que alude el tнtulo no es
nuevo. Surgiу en Occidente con los presocrбticos; fue formulado por Platуn y
Aristуteles, desmantelado por el ascenso de la ciencia moderna, y reapareciу
con la mecбnica cuбntica y la creciente fuerza de los enfoques histуricos (por
oposiciуn a teуricos) del saber. El problema consiste, en resumen, en la
cuestiуn siguiente: їCуmo es que una informaciуn que es resultado de cambios
histуricos e idiosincrбticos pueda referirse a hechos y leyes independientes de
la historia? Para examinar el problema, lo sustituirй por dos supuestos y las
dificultades que suscita su uso corriente.
LOS SUPUESTOS
El primer
supuesto es que las teorнas, los hechos y los procedimientos que constituyen el
conocimiento (cientнfico) de un periodo determinado son resultado de unos
desarrollos histуricos especнficos y sumamente idiosincrбticos. Muchos hechos
apoyan esa suposiciуn. Los griegos poseнan la inteligencia y los conocimientos
matemбticos necesarios para desarrollar las perspectivas teуricas que surgirнan
en los siglos XVI y XVII y, sin embargo, no lo hicieron. "La civilizaciуn
china -escribe J. Needham1 - habнa sido mucho mбs eficaz que la europea,
durante los catorce siglos previos a la revoluciуn cientнfica, en la
exploraciуn de la naturaleza y en el empleo de tal conocimiento en beneficio de
la humanidad"; y, sin embargo, esa revoluciуn tuvo lugar en la
"atrasada" Europa: no fue el conocimiento bueno sino el deficiente el
que condujo a un conocimiento mejor. La astronomнa babilуnica se centraba en
acontecimientos particulares, tales como la primera apariciуn de la luna
despuйs de la luna nueva, y construнa algoritmos para predecirlos. Ni las
trayectorias, ni las esferas celestes ni las consideraciones de la
trigonometrнa esfйrica desempeсaron papel alguno en esos algoritmos. La
astronomнa griega postulу primero unas trayectorias fнsicas (Anaximandro),
luego otras geomйtricas, y construyу sobre esa base. Ambos mйtodos fueron
empнricamente adecuados y capaces de refinamiento (ecuantes, excйntricas y
epiciclos en la astronomнa griega, los polнgonos en lugar de las funciones
escalonadas o en zigzag en la alternativa babilуnica). Lo que determinу la
supervivencia de una de ellas y la desapariciуn de la otra no fue la adecuaciуn
empнrica sino factores culturales2. Algunos
estudios recientes han aсadido pruebas impresionantes a esas observaciones
generales. Los historiadores de la ciencia que examinan la microestructura de
la investigaciуn cientнfica, en particular la moderna fнsica de alta energнa,
hallaron muchos puntos de contacto entre el establecimiento de un resultado
cientнfico y la concertaciуn de un complicado pacto polнtico. Resultу que
incluso los "hechos" experimentales dependen de compromisos entre
diferentes grupos dotados de diferentes experiencias, filosofнas, respaldos
financieros y trozos de alta teorнa que apoyen su posiciуn. Numerosas anйcdotas
confirman la naturaleza histуrico-polнtica de la prбctica cientнficas. El segundo
supuesto es que lo que se ha descubierto gracias a esos procedimientos
idiosincrбticos y dependientes de la cultura(y que se formula y se explica, por
tanto, en tйrminos igualmente idiosincrбticos y dependientes de la cultura)
existe de modo independiente de las circunstancias de su descubrimiento. Podemos
suprimir el camino que condujo al resultado sin perder el resultado mismo.
Llamarй esa suposiciуn el supuesto de separabilidad. Tambiйn el
supuesto de separabilidad se puede apoyar con diversas razones. їQuiйn negarнa,
en efecto, que habнa бtomos mucho antes de que se inventaran los centelleadores
y la espectroscopia de masas, que esos бtomos obedecнan las leyes de la teorнa
cuбntica mucho antes de que йstas fueran escritas, y que seguirбn haciйndolo
cuando el ъltimo ser humano haya desaparecido de la faz de la tierra? їAcaso no
es verdad que el descubrimiento de Amйrica, siendo resultado de maquinaciones
polнticas motivadas por creencias falsas y cбlculos errуneos, y resultado
ademбs malinterpretado por el mismнsimo Colуn, no afectу en modo alguno las propiedades
del continente descubierto? Poco importa que algunos filуsofos se opongan a
tales juicios temerarios, instбndonos a dejar que la ciencia hable por sн
misma, ya que la "ciencia misma" estб llena de juicios temerarios
como los mencionados. Hasta aquн,
pues, los dos supuestos que subyacen al problema; veamos ahora las
dificultades.
LAS DIFICULTADES
El supuesto de
separabilidad forma parte no sуlo de la ciencia sino tambiйn de las tradiciones
no cientнficas. Segъn Herodoto y el sentido comъn de los griegos de los siglos
sexto y quinto antes de Cristo, Homero y Hesнodo no crearon a los dioses sino
que se limitaron a enumerarlos y describir sus propiedades. Los dioses habнan
existido antes y se suponнa que seguirнan viviendo independientemente de los deseos
y los errores humanos. Tambiйn los griegos creнan que podнan suprimir el camino
que condujo al resultado sin perder el resultado mismo. їSe sigue de eso que
nuestro mundo contiene campos y partнculas junto a dioses y demonios? Los defensores
de la ciencia contestan que no, porque los dioses no tienen cabida en una
concepciуn cientнfica del mundo. Pero si se supone que las entidades postuladas
por una concepciуn cientнfica del mundo existen con independencia de йsta, їpor
quй no ha de valer lo mismo para los dioses antropomorfos? Es cierto que poca
gente cree hoy en dнa en tales dioses, y que quienes creen en ellos raras veces
ofrecen razones aceptables; pero la suposiciуn era que la existencia y la
creencia son cosas distintas y que una nueva edad oscura de la ciencia no
acabarнa con los бtomos. їPor quй se habrнa de dar un tratamiento distinto a
los dioses homйricos, cuya edad oscura es la actual? Los partidarios
de la concepciуn cientнfica del mundo responden que hay que darles un
tratamiento distinto porque la creencia en los dioses no sуlo desapareciу sino
que fue refutada con argumentos. De las entidades postuladas por tales
creencias no se puede decir que existan separadamente; son ilusiones o
"proyecciones" que no tienen significado alguno al margen del
mecanismo proyector. Pero los dioses
griegos no fueron "refutados con argumentos". Los adversarios de las
creencias populares acerca de los dioses jamбs ofrecieron razones que
demostrasen lo inadecuado de tales creencias partiendo de supuestos comunes. Lo
que encontramos es un cambio social gradual que condujo a nuevos conceptos y a
nuevos relatos construidos con esos conceptos. Consideremos
dos objeciones tempranas a los dioses de Homero. La primera pertenece a un
conocido libelo de Jenуfanes, el filуsofo viajero5. Dice que los etнopes pintan
a sus dioses negros y chatos, los tracios rubios y con ojos azules; y aсade: Pero si manos
tuvieran los bueyes, caballos, leones y esculpir y
pintar supieran igual que los hombres, a caballo el
caballo, igual que los bueyes al buey parecida traza de dioses
pintada tendrнan y en piedra esculpida, tal como ellos
mismitos luciendo figura y porte (ib., fr. 15). El dios
"verdadero" se describe, por contraste, como sigue: Un solo dios,
entre dioses y hombres mбs grande que nadie, ni en cuerpo
igual a mortales ni en cuanto a pensar se refiere. Siempre en lo
mismo quedando y sin mudarse en nada, ni le conviene
afanarse andando de un lado a otro. Todo йl ve, y
todo йl piensa, y todo йl oye; mas sin
esfuerzo el querer de su mente todo lo mueve. (ib., frs.
23-26). їCabe esperar
que esos versos convenzan a un "etнope" o a un "tracio"
empedernido? Ni hablar. La respuesta obvia serнa la siguiente: "Parece que
a ti, Jenуfanes, no te gustan nuestros dioses; pero no has demostrado que no
existan. Lo que has demostrado es que ellos son unos dioses tribales, que se
parecen a nosotros y actъan como nosotros, y que no se ajustan a tu propia idea
de dios como un superintelectual. їPero por quй semejante monstruo habrнa de
ser medida de existencia?". Incluso se
puede volver del revйs la burla de Jenуfanes, como demuestra un comentario de
Timуn de Fliunte, discнpulo de Pirrуn: <O:P</O:PJenуfanes,
medio modesto, el engaсo de Homero abatiу; a un dios
inventу sin nada humano y en todo igual, inmуvil, sin
pena, mбs listo aъn que la misma listeza6. <O:P</O:PResulta,
pues, que la burla de Jenуfanes sуlo funciona si la entidad que quiere
introducir se halla impresa ya en las mentes de sus contemporбneos; formaliza
un proceso histуrico, pero no puede originarlo. (Sospecho que sea йste sea
rasgo comъn a todos los "argumentos" que hacen "avanzar al
pensamiento"). Otra
"prueba" temprana contra el politeнsmo, recordada por la escuela
aristotйlica7, aclara todavнa mбs la situaciуn. Segъn esta prueba, <O:P</O:Pdios
o bien es uno o bien es muchos si son muchos,
son o bien iguales o bien desiguales si son iguales,
son como los miembros de una democracia pero los dioses
no son miembros de una democracia: por tanto, son
desiguales pero si son
desiguales, un dios inferior no es dios por tanto dios es uno. La prueba da
por supuesto que ser divino significa lo mismo que detentar el poder supremo.
No era йste el caso de los dioses homйricos. Una vez mбs, la prueba da en el
blanco sуlo despuйs de que se haya producido el cambio necesario de la nociуn
de divinidad: fue la historia, no los argumentos, lo que minу a los dioses.
Pero la historia no puede minar nada, al menos segъn el supuesto de
separabilidad. Ese supuesto sigue obligбndonos a admitir la existencia de los dioses
homйricos8. No nos obliga
-objetan los realistas cientнficos- porque la creencia en unos dioses
antropomorfos, aunque tal vez no haya sido refutada con razones, no fue nunca
una creencia razonable. Solamente las entidades postuladas por creencias razonables
se pueden separar de la historia. Llamarй a йste el supuesto de separabilidad
modificado. Ahora bien,
hacer de lo razonable un criterio de la existencia separable de las cosas
supone que las cosas se adaptan a los criterios de existencia y no al revйs. La
prбctica cientнfica no corresponde a ese supuesto, y le sobran razones. Decimos
que los pбjaros existen porque podemos verlos, capturarlos y tenerlos en la
mano. El procedimiento es inъtil en el caso de las partнculas alfa, y los
criterios que se usan para identificar las partнculas alfa no nos sirven cuando
se trate de galaxias distantes o de neutrinos. Los quarks fueron durante un
tiempo objeto de duda, en parte porque las pruebas experimentales estaban
controvertidas, en parte porque se requerнan nuevos criterios para unas
entidades supuestamente incapaces de existir aisladamente (el
"confinamiento"). Podemos medir la temperatura con un termуmetro;
pero eso no nos lleva muy lejos. La temperatura del centro del Sol no se puede
medir con ningъn instrumento conocido, y la temperatura de acontecimientos
tales como los primeros segundos del universo ni siquiera estaba definida antes
de que llegara la segunda ley de la termodinбmica. En todos esos casos, los
criterios se fueron adaptando a las cosas, cambiando y proliferando cuando
entraban en escena cosas nuevas. Decir que los dioses homйricos no existen
porque no se pueden encontrar con experimentos o porque los efectos de sus
actos no pueden reproducirse, es violar ese procedimiento. Pues si Afrodita existe
y posee las cualidades e idiosincrasias que se le atribuyen, ciertamente no se
quedarб sentada para someterse a algo tan estъpido y tan humillante como puede
ser una prueba de efectos reproducibles. De modo parecido se comportan las aves
huidizas, los agentes secretos y la gente que se aburre fбcilmente. Permнtanme que
me extienda un poco sobre este punto. "El hombre sabio adapta sus
creencias a la evidencia", dice Hume9, y muchos cientнficos estбn de
acuerdo. Con mбs detalle se expresa Aristуteles: "De todos los seres
compuestos por naturaleza, algunos (los astros) son ingйnitos e imperecederos
por toda la eternidad, mientras que otros estбn sujetos a generaciуn y
destrucciуn. Resulta que respecto a los primeros... los estudios que podemos
llevar a cabo son menos, porque tanto los puntos de partida de la indagaciуn
como las propias cosas que deseamos conocer presentan poquнsimas apariencias
observables. Estamos mejor equipados para adquirir conocimientos acerca de las
plantas y los animales perecederos, porque crecen a nuestro lado. Cada uno de
los dos estudios tiene un atractivo peculiar. Si bien de aquйllos alcanzamos a
ver poca cosa, obtenemos de ello, sin embargo, mayor placer que de todo cuanto
nos rodea, ya que es conocimiento valioso, del mismo modo que el mбs breve
vislumbre fortuito del ser amado nos da mбs placer que la contemplaciуn
detenida y pormenorizada de muchas otras cosas. Pero esta ъltima se aventaja en
conocimiento, siendo el saber acerca de йstas mejor y mбs abundoso"10. Pero el poder
epistйmico que se atribuye a las diversas бreas de investigaciуn no se conforma
a este principio. Los artesanos de todos los tiempos poseнan informaciуn
detallada sobre las propiedades de los materiales y su comportamiento en las
circunstancias mбs variadas, mientras que las teorнas de la materia, desde
Demуcrito hasta Dalton, fueron considerablemente menos detalladas y su relaciуn
con la evidencia mucho mбs tenue11. Aun asн, las cuestiones de la realidad y de
los mйtodos adecuados de descubrimiento se formulaban a menudo en tйrminos de
esas teorнas y no en tйrminos artesanales. La informaciуn de los artesanas no
contaba ni siquiera como saber. En tiempos mбs recientes, a la hidrodinбmica y
a la teorнa de la elasticidad, a pesar de sus mъltiples conexiones con la
experiencia, se les asignaba un sitio muy por debajo de la mecбnica abstracta
(Lagrange, Hamilton). Incluso a ciencias enteras como la quнmica y la biologнa
se les atribuyу durante largo tiempo un papel secundario en la jerarquнa de las
ciencias. Cuando a mediados del siglo diecinueve la escala de tiempo de la
geologнa y la biologнa rebasу la edad del Sol calculada por fнsicos como
Helmholtz y Kelvin y la dataciуn correspondiente del enfriamiento de la
superficie terrestre, se dio preferencia a las cifras sumamente conjeturales de
los fнsicos12. Hemos de concluir que la autoridad de que goza cada materia es
resultado de desarrollos histуricos idiosincrбticos, al igual que su forma. Es
cierto que la tenacidad de los atomistas dio sus frutos: ni la fнsica moderna
de partнculas elementales, ni la quнmica cuбntica ni la biologнa molecular
existirнan sin ella. Pero esos logros no se podнan prever, y la invocaciуn de
ignotos y aun inconcebibles efectos futuros puede hacerse valer igualmente a
favor de los dioses. Asн pues, el supuesto de separabilidad modificado no nos
ayuda tampoco a desembarazarnos de los dioses: habiendo decidido separar
historia y existencia, debemos separar la existencia de los dioses aun de la
argumentaciуn cientнfica mбs "avanzada". Resulta, pues,
que ni el supuesto de separabilidad ni el supuesto de separabilidad modificado
pueden obligarnos a aceptar los бtomos negando a la vez a los dioses. Un
realismo que separa el ser de la historia se ve forzado a poblar el ser de
cuantas criaturas fueran y aъn sigan siendo consideradas por cientнficos,
profetas y otros. Para evitar tal abundancia, algunos filуsofos y cientнficos
hallaron el siguiente recurso: las entidades cientнficas (y, para el caso,
todas las entidades) son, segъn ellos, proyecciones, y en cuanto tales se
hallan vinculadas a la teorнa, a la ideologнa y a la cultura que las postula y
las proyecta. La afirmaciуn de que ciertas cosas son independientes de la
investigaciуn o de la historia pertenece a unos mecanismos de proyecciуn
particulares que "objetivizan" su ontologнa, y no tiene sentido
alguno al margen del escenario histуrico que contiene esos mecanismos13. La
abundancia se da en la historia; no se da en el mundo. Pero no todas
las proyecciones tienen йxito. Las mencionadas "entidades
cientнficas" no son meros sueсos; son inventos que pasaron por largos
periodos de adaptaciуn, correcciуn y modificaciуn, y luego permitieron a los
cientнficos producir unos efectos hasta entonces desconocidos. De modo
parecido, los dioses de la Antigьedad y el Dios uno y trino del cristianismo
que los reemplazу tampoco fueron meras visiones poйticas. Tambiйn ellos
tuvieron efectos. Influyeron en las vidas de individuos, grupos y naciones
enteras. Los dioses y los бtomos acaso hayan empezado como
"proyecciones", pero recibieron una respuesta; lo cual significa que
lograron, por lo visto, tender un puente por encima del abismo que los
realistas ingenuos habнan colocado entre el ser y su propia existencia
histуrica. їPor quй desapareciу esa respuesta en el caso de los dioses? їPor
quй es tan poderosa en el caso de la materia?
EL PODER DE LA CIENCIA
Lo que he dicho
hasta aquн es sencillo y claro. Con todo, ni siquiera un razonamiento bien
construido nos libra de la impresiуn arrolladora de que lo que matу a los
dioses antropomorfos fue la llegada del racionalismo filosуfico primero, luego
cientнfico. Por tanto, volverй a atacar la cuestiуn desde un бngulo ligeramente
distinto. Los dioses -tanto los dioses homйricos como el omnipotente Dios
creador del cristianismo- son poderes no sуlo morales sino tambiйn fнsicos.
Provocan tempestades, terremotos e inundaciones; infringen las leyes de la
naturaleza para producir milagros; levantan los mares y detienen el curso del
Sol. Pero tales acontecimientos hoy en dнa o bien se niegan o bien se explican
por causas fнsicas, y la investigaciуn va cerrando rбpidamente las lagunas que
quedan. Proyectando asн las entidades teуricas de la ciencia, vamos
destituyendo a los dioses de su posiciуn de poder, y como las entidades mбs
fundamentales de la ciencia obedecen a leyes independientes del tiempo,
demostramos que nunca existieron. Muchas personas religiosas han aceptado esos
argumentos y han diluido su credo hasta hacerlo concordar con esta filosofнa. Ahora bien, el
hecho de que la ciencia domine ciertas бreas del conocimiento no basta de por
sн para eliminar cualquier idea alternativa. La neurofisiologнa ofrece unos
modelos detallados de los procesos mentales y, sin embargo, tanto cientнficos
como filуsofos de inclinaciones cientнficas mantienen con vida el problema de
mente y cuerpo. Algunos cientнficos incluso proponen "colocar a la mente y
la conciencia en el asiento del conductor"14, o sea devolverles el poder
que tuvieron antes del auge de la psicologнa materialista. Esos cientнficos se
oponen a la eliminaciуn y/o reducciуn de las ideas y las entidades psicolуgicas
de tipo precientнfico. No hay razуn alguna para tratar de modo distinto a los
dioses, cuyos aspectos numinosos desde siempre se han resistido a la reducciуn. En segundo
lugar, la referencia a unas leyes fundamentales independientes del tiempo sуlo
funciona si a йstas pueden reducirse las explicaciones modernas de sucesos que
antes se atribuнan a causas divinas, tales como tempestades, terremotos,
erupciones volcбnicas, etc. Pero no existen reducciones aceptables del gйnero
requerido. Los campos especiales introducen modelos especiales cuya
derivabilidad de la fнsica fundamental se supone, pero no se demuestra.
Descartes fue ya consciente de esa situaciуn cuando, en un comentario sobre la
riqueza del mundo, se confesу incapaz de reducir a sus propios principios
fundamentales las propiedades de procesos especiales como la luz, usando en
lugar de ello una variedad de "hipуtesis"15. Cuando Newton discute
las propiedades del movimiento en medios resistentes16, abandona el estilo
deductivo de su astronomнa planetaria; su tratamiento del problema es
"casi enteramente original y en gran parte errуneo. En cada pбrrafo
empiezan nuevas hipуtesis; se emplean generosamente supuestos ocultos y los
supuestos explicitados a veces no se usan en absoluto"17. Los
investigadores modernos en este terreno rechazan explнcitamente toda exigencia
de reducciуn: "Desdeсar la fнsica del continuo porque no se puede
derivarla de la fнsica nuclear es tan ridнculo como serнa reprocharle que no
tiene fundamento en la Biblia"18. La teorнa general de la relatividad
estuvo conectada durante largo tiempo con las leyes planetarias conocidas sуlo
por conjeturas, no por derivaciуn (calculando la trayectoria de Mercurio, se
aсadнa la soluciуn de Schwarzschild a los resultados de la teorнa de la
perturbaciуn pre-relativista, sin haber demostrado, a partir de los principios
fundamentales, que ambas describнan adecuadamente la situaciуn del sistema planetario).
La conexiуn entre la mecбnica cuбntica y el nivel clбsico es bastante oscura y
sуlo recientemente ha sido tratada de manera mбs satisfactoria19. La
meteorologнa, la geologнa, la psicologнa, grandes partes de la biologнa y los
estudios sociales se hallan mбs lejos todavнa de la unificaciуn. En lugar de
una multitud de particulares firmemente atados a un conjunto de leyes
fundamentales invariantes en el tiempo tenemos, pues, una variedad de enfoques
cuyos principios unificadores se mantienen indistintamente en un segundo plano:
situaciуn bastante parecida a la que se dio en Grecia tras la victoria de Zeus
sobre los Titanes20. En tercer
lugar, estamos lejos de poseer un conjunto ъnico y consistente de leyes
fundamentales. La fнsica fundamental, supuesta raнz de todas las reducciones,
se halla todavнa dividida en dos dominios principales: el mundo de lo muy
grande, domesticado por la relatividad general de Einstein, y el mundo
cuбntico, que aъn no estб completamente unificado en sн mismo. "La naturaleza
gusta de hacerse parcelizar", escribiу Dyson describiendo esta
situaciуn21. Los elementos "subjetivos", como los sentimientos y las
sensaciones, que forman otra "parcela", quedan excluidos de las
ciencias naturales, aunque juegan un papel en su adquisiciуn y control. Eso
significa que el problema (sin resolver) de mente y cuerpo afecta los
fundamentos mismos de la investigaciуn cientнfica. La ciencia tiene grandes
lagunas; la unidad y el alcance universal que pretende poseer no son hechos
sino supuestos (metafнsicos), y aquellas de entre sus proyecciones que
funcionan provienen de бreas aisladas y carecen, por tanto, del poder
destructivo que se les atribuye. Muestran como ciertos sectores del mundo
responden a toscas aproximaciones, pero no nos ofrecen ninguna clave acerca de
la estructura del mundo como un todo. Y finalmente,
la teorнa cuбntica, siendo la teorнa mбs fundamental y mejor confirmada de la
fнsica actual, rechaza las proyecciones incondicionales, haciendo depender la
existencia de unas circunstancias especнficas e histуricamente determinadas.
Las molйculas, por ejemplo, entidades fundamentales de la quнmica y de la
biologнa molecular, en lugar de simplemente existir y punto, sуlo aparecen en
condiciones bien definidas y bastante complejas. Si alguien
insiste todavнa en que los trozos sueltos de ciencia que revolotean por ahн en
nuestros dнas son muy superiores a las colecciones anбlogas de tiempos pasados
(una naturaleza viviente, dioses caprichosos, etc.), entonces he de remitirme a
lo que dije antes: a saber, que esa superioridad es el resultado de haber
seguido un camino de menor resistencia. Con experimentos se puede atrapar la
materia, no a los dioses. Dicho sea de paso que ese punto juega un papel
tambiйn en el interior de las ciencias. R. Levins y R.C. Lewontin22 escriben,
comentando la significaciуn de los recientes avances de la biologнa molecular,
que "el enorme йxito del mйtodo cartesiano y de la visiуn cartesiana de la
naturaleza resulta en parte de un camino histуrico de menor resistencia. Los
problemas que sucumben al ataque se persiguen con mayor vigor, precisamente
porque ahн funciona el mйtodo. Otros problemas y otros fenуmenos se dejan de
lado, alejados de la comprensiуn por el compromiso a favor del cartesianismo.
Los problemas mбs arduos no se afrontan, aunque sea por la sola razуn de que
las carreras cientнficas brillantes no suelen edificarse sobre el fracaso
constante. Asн los problemas que plantea la comprensiуn del desarrollo
embrionario y psнquico o la estructura y funciуn del sistema nervioso central
permanecen mбs o menos en el mismo estado insatisfactorio en que se hallaban
hace cincuenta aсos, mientras los biуlogos moleculares van de triunfo en
triunfo describiendo y manipulando genes"(ib., pp. 2s.). E. Chargaff23 escribe:
"A menudo se considera que la insuficiencia de toda experimentaciуn
biolуgica frente a la vastedad de la vida puede compensarse mediante una firme
metodologнa. Los procedimientos claramente definidos presuponen unos objetos
sumamente limitados"(ib., p. 170). No se podrнa expresar con mayor
claridad la insuficiencia de la ciencia frente a los dioses.
DOGMATISMO, INSTRUMENTALISMO, RELATIVISMO
Ante tal
situaciуn caben distintas reacciones. Una consiste en desentenderse del
problema y seguir describiendo el mundo conforme a la metafнsica que prefiera
cada cual. Йsta es la actitud de la mayorнa de los cientнficos y filуsofos
cientнficos. Es una actitud sensata: fue la de los griegos y romanos cultos que
siguieron fieles a sus dioses en medio de una lluvia de objeciones filosуficas.
Pero no resuelve nuestro problema. Los
instrumentalistas reaccionan abandonando el segundo supuesto, aunque no del
todo ("nada existe"), sino sуlo respecto a ciertas entidades24. La
confrontaciуn con ontologнas alternativas reaviva el problema. Los
relativistas aceptan el primer supuesto pero relativizan el segundo: los бtomos
existen, dado el marco conceptual que los proyecta. El problema es, en este
caso, que las tradiciones no sуlo carecen de fronteras bien definidas sino que
contienen ambigьedades y mйtodos de cambio que capacitan a sus miembros para
pensar y actuar como si no hubiese fronteras: cada tradiciуn es, en potencia,
todas las tradiciones. Relativizar la nociуn de existencia reduciйndola a un
solo "sistema conceptual" que luego se aisla del resto y se presenta
como un recorte exento de ambigьedades, es mutilar a las tradiciones reales y
crear una quimera25. No deja de ser paradуjico que tal sea la actitud de gente
que se precia de tolerante para con todas las maneras de vivir. Los
relativistas aciertan, sin embargo, al afirmar que la tentaciуn de proyectar
ciertas entidades (dioses o бtomos) se acrecienta en determinadas
circunstancias y disminuye en otras. Una vez dadas las circunstancias
favorables, las entidades "aparecen" efectivamente de manera clara y
decisiva. Los recientes desarrollos de la interpretaciуn de la mecбnica
cuбntica sugieren que tales apariciуn han de considerarse fenуmenos (el tйrmino
es de Bohr) que trascienden la dicotomнa entre lo subjetivo y lo objetivo (que
subyace al segundo supuesto): son "subjetivos" en cuanto no podrнan
existir sin la guнa idiosincrбtica, conceptual y perceptiva, de algъn punto de
vista (no necesariamente explнcito); pero tambiйn son "objetivos", ya
que no todas las maneras de pensar dan resultados ni todas las percepciones son
fiables. Hace falta una nueva terminologнa para adaptar nuestro problema a esta
situaciуn.
LOS SERES HUMANOS COMO ESCULTORES DE LA
REALIDAD
Segъn el primer
supuesto, nuestras maneras de pensar y de hablar son productos de desarrollos
histуricos idiosincrбticos. Tanto el sentido comъn como la ciencia ocultan esta
situaciуn. Afirman, por ejemplo (segundo supuesto), que los бtomos existнan
mucho antes de ser descubiertos. Eso explica por quй la proyecciуn hallу
respuesta, pero pasa por alto que tampoco quedaron sin respuesta otras
proyecciones enteramente distintas. Una manera
mejor de contar la historia es la siguiente. Los cientнficos, equipados con un
complejo organismo e insertos en unos entornos fнsicos y sociales sujetos a
cambios constantes, emplearon diversas ideas y acciones (y, mucho mбs tarde,
equipamientos que llegarнan a incluir complejos industriales como el CERN) para
fabricar, primero, unos бtomos metafнsicos, luego unos toscos бtomos fнsicos y,
finalmente, unos complejos sistemas de partнculas elementales, a partir de un
material que no contenнa esos elementos pero que era capaz de amoldarse a
ellos. Desde este punto de vista, los cientнficos son escultores de la
realidad; aunque escultores en un sentido especial. No sуlo actъan causalmente
sobre el mundo (aunque eso tambiйn lo hacen, y tienen que hacerlo si quieren
"descubrir" nuevas entidades), sino que tambiйn crean unas
condiciones semбnticas que generan interferencias fuertes que actъan desde los
efectos conocidos a las proyecciones novedosas y, a la inversa, desde las
proyecciones a los efectos experimentalmente verificables. Estamos ante la
misma dicotomнa de descripciones que Bohr introdujo en su anбlisis del caso de
Einstein, Podolsky y Rosen26. Cada individuo, cada grupo y cada cultura trata
de lograr un equilibrio entre las entidades que postula y las creencias,
necesidades, expectativas y maneras de argumentar predominantes. El supuesto de
separabilidad surge en casos (tradiciones, culturas) especiales; pero no es
condiciуn que satisfaga (ni que haya de satisfacer) todo el mundo, y
ciertamente no es una base sуlida para la epistemologнa. En resumidas cuentas,
la dicotomнa entre lo subjetivo y lo objetivo y la dicotomнa correspondiente entre
descripciones y construcciones es demasiado ingenua como para orientar nuestras
ideas sobre la naturaleza y las implicaciones de las pretensiones del
conocimiento. No estoy
afirmando que cualquier combinaciуn de acciones causales y semбnticas haya de
conducir a un mundo bien articulado y en el cual se pueda vivir. El material al
que se enfrentan los seres humanos (y, por cierto, tambiйn los perros y los
simios) requiere una aproximaciуn adecuada. Ofrece resistencia; ciertas
construcciones no hallan en йl ningъn punto de apoyo y simplemente colapsan (el
caso de algunas culturas incipientes como, por ejemplo, los cargo cults). Por
el otro lado, ese material es mucho mбs maleable de lo que se suele suponer.
Moldeбndolo de determinada manera (la historia de la tecnologнa que conduce a
un aerodinбmico entorno tecnolуgico y a grandes ciudades de la investigaciуn
como el CERN), obtenemos partнculas elementales; procediendo en otro sentido,
obtenemos una naturaleza viviente y llena de dioses. Incluso el "descubrimiento"
de Amйrica, que citй en apoyo del supuesto de separabilidad, admitiу cierto
margen de libertad, como demuestra el fascinante estudio de Edmundo O'Gorman La
invenciуn de Amйrica27. La ciencia ciertamente no es la ъnica fuente de
informaciуn ontolуgica fiable. Importa leer
estas afirmaciones de la manera justa. No se trata de un bosquejo de una nueva
teorнa del conocimiento que explique la relaciуn entre los seres humanos y el
mundo y ofrezca una fundamentaciуn filosуfica para cualesquiera descubrimientos
que se hagan. Tomarse en serio el carбcter histуrico del conocimiento significa
rechazar cualquier intento de esa нndole. Podemos describir los resultados que
hayamos obtenido (aunque la descripciуn siempre serб fatalmente incompleta),
podemos comentar las semejanzas y las diferencias que nos hayan llamado la
atenciуn, podemos tratar incluso de explicar "desde dentro", es
decir, empleando los medios prбcticos y conceptuales que nos ofrece algъn
enfoque particular, lo que gracias a tal enfoque hayamos descubierto (la teorнa
de la evoluciуn, la epistemologнa evolucionista y la cosmologнa moderna
pertenecen a esta categorнa). Podemos contar muchos cuentos interesantes. Pero
no podemos explicar cуmo el enfoque elegido se relaciona con el mundo ni por
quй, en tйrminos del mundo, tiene йxito; pues eso equivaldrнa a conocer los
resultados de todos los enfoques posibles o -lo que viene a ser lo mismo- a
conocer la historia del mundo antes de que el mundo haya tocado a su fin. Aun asн, no
podemos prescindir del saber hacer cientнfico. El impacto material, espiritual
e intelectual de la ciencia y de las tecnologнas basadas en ella ha
transformado nuestro mundo. La reacciуn del mundo ante esa transformaciуn
(reacciуn bastante extraсa, por cierto) es que estamos atrapados en un entorno
cientнfico; necesitamos a los cientнficos, ingenieros, filуsofos de
inclinaciones cientнficas, sociуlogos, etc., para habйrnoslas con las
consecuencias. Mi tesis es que esas consecuencias no estбn fundadas en una
naturaleza "objetiva" sino que provienen de un complicado juego
recнproco entre un material desconocido y relativamente maleable, por un lado,
y, por el otro, unos investigadores que influyen sobre el material a la vez que
йste influye en ellos y los cambios; en fin de cuentas, es el mismo material
del que estбn hechos ellos mismos. No por ello resulta mбs fбcil eliminar los
resultados. No se puede apartar de un soplo el lado "subjetivo" del
conocimiento, inextricablemente entrelazado con sus manifestaciones materiales.
Lejos de sуlo constatar lo que estaba ya ahн, creу unas condiciones de
existencia, un mundo que corresponde a esas condiciones y una vida adaptada a
este mundo; esos tres hechos juntos apoyan o "establecen" ahora las
conjeturas que condujeron a ellos. Aun asн, una ojeada a la historia demuestra
que este mundo no es un mundo estбtico poblado por hormigas pensantes (y que
publican) que recorriendo sus grietas van descubriendo poco a poco los
contornos de este mundo sin ejercer ningъn efecto sobre йl, sino un ser dinбmico
y de muchas facetas que refleja la actividad de sus exploradores e influye en
ella. En otros tiempos estaba lleno de dioses; luego se convirtiу en un
insнpido mundo material; y se puede cambiarlo de nuevo, si sus habitantes
tienen la determinaciуn, la inteligencia y el бnimo de dar los pasos
necesarios.
Paul Feyerabend - Revista
MANIA - Artнculo publicado
originalmente en inglйs en The Journal of Philosophy; vol. 86, n. 8,
agosto de 1989.
1 Science in Traditional China, Nueva York-Cambridge, 1981, pp. 3, 22ss.
Sobre
los detalles, vйanse las secciones de Needham et al., Science and Civilisation
in China, Nueva York-Cambridge, 1956ss., en particular el vol. V, parte VII.
Una breve pero sugerente comparaciуn entre los desarrollos que se dieron
simultбneamente en Grecia y en China se encuentra en los artнculos de Jacques
Gernet y Jean-Pierre Vernant en Vernant, Mito y sociedad en la Grecia antigua,
Siglo XXI, Madrid, 1982. 2 La convicciуn
de que la astronomнa griega fue intrнnsecamente superior a la babilуnica
refleja una parte de las pruebas de que habнa, por un lado, teorнas estables y,
por el otro, unos programas de investigaciуn de rбpido crecimiento. Pero el
crecimiento de un lado y la estabilidad del otro no se debнa a йxitos u
obstбculos empнricos sino a unas condiciones sociales diferentes. Vйase G.E.R. Lloyd, The Revolution of Wisdom, 3 Detalles en Andrew Pickering, Constructing Quarks, Chicago University
Press, Chicago, 1984; Peter Galison, How Experiments End, Chicago University
Press, 4 Arthur Fine,
The Shaky Game, Chicago University Press, Chicago, 1986, libro interesante y
sumamente informativo, nos invita a "dejar que la ciencia se valga por sн
misma y examinarla sin la ayuda de los 'ismos' filosуficos"(p. 9), a
"tratar de entender la ciencia en sus propios tйrminos, y no leer en ella
lo que en ella no estб"(p. 149). Dado que en mi Tratado contra el mйtodo
(trad. Cast. Tecnos, Madrid, 1986) he propuesto una perspectiva parecida, veo
la posiciуn de Fine con mucha simpatнa, pero no puedo aceptarla como
definitiva. La ciencia no es la ъnica empresa que produce pretensiones de
existencia, ni son los razonamientos cientнficos las ъnicas "complejas redes
de juicios" en que "fundan" tales pretensiones (p. 153). їHemos
de convertirnos en relativistas complacientes que aceptan como existente
cualquier cosa que alguien nos proponga de forma suficientemente complicada
(con una "red compleja de juicios"), o no deberнamos mбs bien elegir
las redes y encontrar razones que justifiquen nuestra elecciуn? De todas
maneras, la biologнa molecular, la teorнa de la evoluciуn, la cosmologнa y aun
la fнsica de altas energнas (vйase Pickering, op. cit., p. 404, sobre el "realismo
retrospectivo" de los cientнficos) contienen suficientes pretensiones de
existencia "objetiva" como para colocar las dificultades que tratarй
en el capнtulo siguiente en el centro mismo de la ciencia. 5 En
Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, Weidmann, Zurich, 1983, fragmento
16. 6 En Sexto
Empнrico, Esbozos pirrуnicos, I, 224 (Jenуfanes A 35 Diels-Kranz). 7
Seudo-Aristуteles, Sobre Meliso, Jenуfanes y Gorgias, 977a14ss. 8 Marcello Pera
objeta que he empleado en mi argumentaciуn una nociуn demasiado restringida de
'argumento'. Respondo que entiendo por 'argumento' cualquier historia que se
pueda contar en un tiempo relativamente breve, que obedezca al propуsito de
demostrar que los dioses homйricos no existen, y que persiga ese objetivo con medios
"intelectuales", es decir, usando proposiciones y no procedimientos
como el terror, el hipnotismo, etc. Habrнa que aсadir que los dioses antiguos
no fueron creaciones de la fantasнa sino presencia viviente. En la sobria Roma
participaban incluso en el proceso polнtico: vйase la ediciуn revisada de
Against Method, Verso, Londres, 1988, cap. 16, sobre los dioses homйricos;
Robin Lane Fox, Pagans and Christians, Norton, Nueva York, 1987, parte primera,
secciуn 4, titulada "Seeing the Gods", sobre el Imperio Romano
tardнo; y Donald Strong, Roman Art, Penguin, Londres, 1982, sobre la Roma
republicana e imperial hasta el siglo cuarto. El Dios trino y uno del
cristianismo y los santos influyeron profundamente en las artes, en la
filosofнa y la polнtica de Occidente, y no sуlo en retrospectiva sino para las
mismas personas que elaboraron los detalles. 9 An Enquiry Concerning the Understanding, secciуn X. 10 Aristуteles,
De partibus animalium, I, 5. 11 Cyril
Stanley Smith, A Search for Structure, MIT, Cambridge, 1981, distingue entre
las teorнas de la materia, tales como la teorнa atomista, y el conocimiento de
materiales. Describe cуmo йste surgiу varios milenios antes que aquйllas, fue
mбs detallado y se vio a menudo obstaculizado por consideraciones teуricas. En
una exposiciуn presentada y explicada en From Art to Science, MIT, Cambridge,
1980, demostrу la enorme cantidad de informaciуn contenida en los productos de
los artesanos antiguos. Norma Emerton, The Scientific Reinterpretation of Form,
Cornell, Ithaca, 1984, describe la batalla entre las teorнas de la forma (que
estaban bastante prуximas a las prбcticas artesanales) y el atomismo (que no lo
estaba) y comenta los mйtodos que usaban los atomistas para defender su
supremacнa. 12 D. Burchfield, Lord Kelvin and the Age of the Earth, Hill & Wang,
Nueva York, 1975. 13 Fine, op.
cit., cap. 6, ha demostrado que asн entendнa tambiйn Einstein su propio
"realismo". 14 R. Sperry, Science and Moral Priority, 15 Discurso del
mйtodo, VI. 16 Principia,
libro II. 17 C. Truesdell, Essays in the History of Mechanics, Springer, Nueva
York, 1968, p. 9. 18 Encyclopedia of Physics, vol. III/3, Springer, Nueva York, 1965, p.
2. 19 Un resumen
de los problemas y esbozo de soluciones posibles ofrece Hans Primas, Chemistry,
Quantum Mechanics and Reductionism, Springer, Nueva York, 1981. El libro
contiene tambiйn una discusiуn detallada de la relaciуn entre la quнmica y la
fнsica fundamental. 20 Hesнodo,
Teogonнa, vv. 820ss. 21 Disturbing the Universe, Harper & Row, Nueva York, 1979, p. 63. Los teуricos de
las supercuerdas tratan de superarla multiplicidad restante, pero lo ъnico que
han conseguido hasta la fecha es forjar un lenguaje en el cual pueden hablar de
todo sin llegar nunca a ningъn resultado concreto. En las palabras de Richard
Feynman, "tengo la fuerte impresiуn de que eso es un
sinsentido"(P.C.W. Davies y J. Brown, eds., Superstrings, Cambridge, Nueva
York, 1988, p. 194). Por lo demбs, incluso si los teуricos de supercuerdas
lograsen unificar la fнsica fundamental, aъn tendrнan que habйrselas con la
quнmica, la biologнa, la conciencia, etc. 22 The Dialectical Biologist, MIT, 23 Heraclitean Fire, 24 Como observу
Duhem cuando describiу cierta fase del debate entre realistas e
instrumentalistas como una batalla "entre dos posiciones realistas"
(To Save the Phenomena, Chicago University Press, Chicago, 1969, p. 106). 25 He descrito
este aspecto del relativismo en el cap. 10 de mi libro Farewell to Reason,
Verso, Londres, 1987. (En la presunta traducciуn castellana de esta obra, Adiуs
a la razуn, Altaya, Barcelona, 1998, reediciуn a su vez de la publicada por
Tecnos, Madrid, 1992, no figura ningъn capнtulo 10 ni, por lo demбs, indicaciуn
alguna de lugar y fecha de publicaciуn del original inglйs - N. del T.). 26 Vйase la reimpresiуn en J.A. Wheeler y W.H. Zurek (eds.), Quantum
Theory and Measurement, Princeton University Press, Princeton, 1983, p. 42. El presente
ensayo estб basado firmemente en las ideas de Bohr. Al leer el epнlogo de Paul
Hoyningen, Die Wissenschaftsphilosophie Thomas Kuhns, Vieweg, Braunschweig,
1989, me di cuenta de que sus ideas fueron muy parecidas, casi idйnticas, a la
filosofнa aъn inйdita del ъltimo Kuhn. Preguntй a Hoyningen cуmo explicarнa йl
semejante armonнa preestablecida (cuando escribн este texto no estaba
familiarizado con la filosofнa del ъltimo Kuhn). Me contestу: "La gente
razonable piensa siguiendo las mismas lнneas"; respuesta que parece
enteramente aceptable. 27 Edmundo
O'Gorman, La invenciуn de Amйrica. Investigaciуn acerca de la estructura
histуrica del nuevo mundo y del sentido de su devenir, Fondo de Cultura
Econуmica, Mйxico, 1984.
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