"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)

--┐No se lo dije yo a usted? Si era infalible...

--Yo prefiero ganar diez duros a negro--murmura una voz--que 1.000
pesetas a encarnado. бQuщ quiere usted! Es una manэa. Ademсs, no me
serэa posible jugar a encarnado. бHace ya noventa y un aёos que juego a
negro...!

Vuelvo la cabeza y veo a un viejecito que empuja las fichas con una
raqueta temblorosa. Debe de sentirse prєximo a la muerte, y por eso no
juega a encarnado. Acaso ganara; pero por unos cuantos duros no va a
dejar a ·ltima hora su camino de siempre. бQuщ hermoso ejemplo de
consecuencia para los polэticos! Yo lo someto a la consideraciєn de un
distinguido diputado, el cual se echa a reэr.

--Ya ves. En solo media hora he ganado 20.000 pesetas con mi juego de
alternativa...

El _croupier_ va cantando con un acento muy francщs:

--Siete... Cuatro... _Encagnado_ gana _et colog_.

--бQuщ le vamos a hacer!--suspira el viejecito.

Y vuelve a jugar a negro. Su cara estс alegre, sonriente, satisfecha. Se
ve que este hombre, tan prєximo al umbral de la otra vida, lo traspasarс
sin temor alguno. Ha sido un hombre leal. Ha cumplido siempre, sin
vacilaciones, el deber que se impuso noventa y un aёos atrсs. Su
conciencia estс tranquila. Cuando Dios le llame a juicio y le pregunte
si jugє alguna vez a encarnado, щl dirс:

--Nunca. Seguэ el negro en la adversidad como en la fortuna, en sus
horas buenas y en sus horas malas, cuando todos acudэan a щl lo mismo
que cuando se veэa abandonado de todos...

--Dos...--canta el empleado.

Y, extendiendo sobre la mesa otra hilera de cartas, vuelve a cantar:

--Dos...

Es un _aprщs_. Uno de los que juegan a negro retira su postura.

--Hace usted mal--le dice un mirєn--. Eso lo que demuestra es la fuerza
de la baraja. Ya ve usted si serс fuerte el encarnado, que ni a dos
puede ganarle el negro.

--┐Cuсntos encarnados van?--pregunta alguien.

--Cuatro.