"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)

nadie mira el paisaje, sino los caballitos, y la Naturaleza ha sucumbido
una vez mсs.

Hoy el Casino no necesita ya hacer esfuerzo ninguno para atraer al
veraneante. El veraneante le pertenece por entero. Estos dэas estс
haciendo un tiempo magnэfico, y, sin embargo, los alrededores de la
ciudad se encuentran desiertos a todas horas. La Naturaleza ha perdido
el prestigio en San Sebastiсn. Lo ha perdido... a la ruleta.




VI

EL JUGADOR OBJETIVO


Esto es una ladronera, una perfecta ladronera--dice D. Salustiano--. Ni
por casualidad se gana. Va usted a ver...

D. Salustiano coge una ficha de 20 pesetas y la arroja sobre la mesa.

--Veinticinco y veintiocho--exclama--. Caballo...

Luego, dirigiщndose a mэ, contin·a:

--Son 20 pesetas tiradas... Este aёo llevo perdidas ya 15.000. бComo no
se repita lo del aёo pasado...! ┐Sabe usted cuсnto me costє la broma el
aёo pasado? Pues 7.000 duritos justos. No se gana nunca, nunca...

La ruleta gira vertiginosamente. Los azares despiden de cuando en cuando
la bola con un ruido seco. De pronto la bola entra en un cajetэn y el
_croupier_ canta el n·mero.

--Doce. Rojo. _Manque._ Par...

--┐Lo ve usted?--suspira D. Salustiano--. Era indudable. No hay manera
humana de ganar.

Y cogiendo ocho duros en fichas, los pone a una лcalle╗. Diez y nueve,
veinte y veintiuno.

--Ocho duros mсs que voy a perder--me dice--. No se gana nunca. Estс
demostrado...

En efecto. D. Salustiano pierde los ocho duros.

--┐Se ha convencido usted?--me pregunta--. Pues para que acabe usted de
convencerse, me voy a jugar cien pesetas a una fila. Las perderщ, ya lo
sщ, pero no importa...