"James Patrick Kelly - Grandullon" - читать интересную книгу автора (Kelly James Patrick)

Finalmente, se hab├нa dado cuenta de que todo eso era cosa de ni├▒os. En el h├йroeware, la moda m├бs refinada
abastec├нa principalmente a los z├бnganos a quienes no les agradaba ser lo que eran. Ten├нan miedo de resultar
demasiado feos, demasiado aburridos, demasiado ├йtnicos para atraer gente hermosa e interesante... y estaban en
lo cierto. As├н que se ocultaban en an├│nimos cuerpos virtuales y jugaban juegos que les evitaban tener que
descubrir cualquier cosa importante de los dem├бs. Juegos de lucha, juegos de droga, juegos de sexo.
Hac├нa mucho tiempo, Murph hab├нa sido uno de ellos, una miserable loncha de grasa. No sol├нa tener nada de
qu├й enorgullecerse. De modo que hab├нa trabajado m├бs que cualquier otra persona que conociera. Ahora era un
campe├│n y ten├нa a Gata. Coloc├│ el cursor sobre el ├║ltimo icono de su colecci├│n. Grandull├│n llen├│ la pared de
atr├бs.
Murph, Gata y sus amistades de Muy Lejos hab├нan dejado de perder su tiempo libre jugando juegos. Sus
personajes de h├йroeware hac├нan a├▒icos las m├бscaras de la moda virtual, pues daban pistas de qui├йnes pod├нan ser
e n r e a l i d a d . Gata, por ejemplo, dec├нa que se mostraba como un ser peludo porque se rehusaba a afeitarse
las piernas o a depilarse con cera el labio superior. Sus ojos dejaban en claro que nadie de su gente hab├нa llegado
a Norteam├йrica en el Mayflower. Poco despu├йs de encontrar a Gata en Muy Lejos, Murph hab├нa puesto en
servicio a Grandull├│n. Que era ├йl mismo, hinchado a tres veces m├бs de su peso real, un fest├нn de carne profusa y
colgante. Grandull├│n ten├нa seis papadas, pechos tan turgentes como cualquier marilyn del Mercado del ├Йxtasis, el
vientre como un tambor. Si hubiese entrado en alguno de los virtuales acostumbrados de Bumpus, los z├бnganos se
habr├нan re├нdo. O peor a├║n, lo habr├нan ignorado. Le habr├нan impedido el acceso a sus pantallas como si no
existiera. En Muy Lejos, a nadie le imped├нan jam├бs el acceso a las pantallas. La gente charlaba antes del sexo. A
veces, incluso, se dec├нan sus nombres verdaderos. Se invitaban a sus respectivos hogares.
Murph ech├│ un vistazo a Grandull├│n, que le devolvi├│ la mirada.
тАФQuitar ropa. тАФInmediatamente, Grandull├│n qued├│ desnudo. Segu├нa sin tener tetillas. Gata ten├нa que
haberlo notado... La ├║ltima vez, la camisa hab├нa quedado completamente abierta. Dentro del protocolo de
seducci├│n de Muy Lejos, borrar partes era el paso final de la danza ├нntima. Pod├нa ser que ella no hubiese dicho
nada porque ├йl s├│lo hab├нa insinuado lo que quer├нa. Menos partes dir├нan m├бsтАФ. Seleccionar. тАФMurph extendi├│ la
mano hacia la entrepierna de Grandull├│n. En la pantalla, Grandull├│n estir├│ la mano hacia Murph. El pene era lo
├║nico que no era enorme. Era el de Murph: arrugado, circuncidado, del color de los labios de Gata. Apoy├│ la
mano en la pantallaтАФ. Borrar. тАФDonde hab├нa estado el miembro, ahora hab├нa est├бtica.
Son├│ la campanilla de la puerta y el icono correspondiente comenz├│ a titilar.
тАФExpandir тАФdijo Murph.
Una repartidora escudri├▒├│ la c├бmara.
тАФPorci├│n grande de papas a la cajun тАФdijo. Murph no la hab├нa visto antes. Se parec├нa un poco a Mandy
Moore, cuyo video "Ahora No" era el preferido de Murph. Coleccionaba fotos de Mandy tomadas furtivamente y
las pegaba al espejo de la pared de servicios. Era algo ligeramente ilegal, pero las fotos constitu├нan un excelente
art├нculo de trueque. La pobre Mandy necesitaba un nuevo operador de seguridad, un campe├│n como Murph.
Nadie ten├нa fotos no autorizadas de sus clientes. La repartidora ten├нa cabellos d├йbiles, del color de la arena. Ojos
pardos. Un extra├▒a zona chata en la punta de la narizтАФ. Nueve con noventa y cinco тАФdijo. Tal vez ten├нa unos
trece a├▒os. Demasiado joven para hacer repartos a las 23:25.
тАФPagar. тАФMurph autoriz├│ un d├йbito de quince d├│lares en favor de Exprimidos A PedidoтАФ. Eres nueva
тАФdijo, mientras esperaban que se registrara la transacci├│nтАФ. ┬┐C├│mo te llamas?
тАФS├н, cierto. тАФAbri├│ la tapa del termopak. Una porci├│n grande de exprimido de papas era del tama├▒o del
zapato de Murph. Ven├нa envuelta en papel de aluminio arrugado. De su parte superior brotaban rizados mechones
de vapor. Aunque no pod├нa oler nada a trav├йs de la puerta de seguridad, Murph pod├нa imaginar su fragancia
h├║meda y harinosa.
S├н, y ese dejo a ajo, cebolla y horrible aj├н picante. Le abri├│ la portezuela para entrega de mercader├нa s├│lo lo
suficiente. Cuando el pago se hizo efectivo, el termopak emiti├│ un bipтАФ. ┬┐Propina de cinco d├│lares? тАФCon
suspicacia, la muchacha apart├│ la vista de la cifra del visorтАФ. ┬┐A cambio de qu├й?
тАФDespu├йs de entregarme el exprimido тАФdijo ├йlтАФ, deja la mano en la portezuela.
Ella abri├│ los ojos como platos. тАФYa me contaron de usted.
Exprimidos A Pedido era cliente de su n├│mina. тАФ┬┐Te contaron que te la arrancar├й de un mordisco?