"James Patrick Kelly - Grandullon" - читать интересную книгу автора (Kelly James Patrick)

тАФNo soy una juerguista, se├▒or. Estoy aqu├н. Soy real.
Murph se alz├│ de la butaca. тАФHasta que yo lo mande.
тАФUsted no me har├б da├▒o. тАФLo hizo sonar como una orden.
тАФNo. тАФMareado, estaba mareado. Probablemente porque hab├нa estado sentado durante casi ocho horas.
La chica ten├нa que ser de la ciudad, de las que viajaban todos los d├нas. Quiz├бs le habr├нa sido posible investigar
su identificaci├│n, pero ┬┐para qu├й molestarse? La observ├│ arrodillarse delante de la puerta. Encendi├│ todas las
luces de la cabina. El exprimido pas├│ por la portezuela. Murph se agach├│. Cuando tom├│ el exprimido de sus
manos, las puntas de los dedos de la muchacha se crisparon ligeramente. El papel de aluminio estaba muy caliente
y el exprimido se le cay├│. El aroma era embriagador.
Ella ten├нa puesto un guante, por supuesto. Le llegaba hasta el pliegue de la mu├▒eca. Murph tirone├│ de ├йl. Ella
dio un respingo pero no retir├│ la mano. Murph descubri├│ lentamente la palma, exponiendo la base del pulgar, la
l├нnea de la cabeza, la hermosa l├нnea del coraz├│n. Ten├нa dedos largos, sensuales... Y eran los dedos de una mujer.
Los acarici├│ en toda su longitud, demor├бndose en los arcos y espirales de su piel. Se sent├нa como en un sue├▒o.
Cuando ├йl ten├нa la edad de la muchacha, sol├нa dormir todas las noches. En aquel entonces debi├│ haber tenido
sue├▒os. No pod├нa recordarlo. Cuando termin├│, hizo un bollo con el guante y lo pas├│ por la portezuela de un
empuj├│n.
тАФEst├б bien. тАФMurph levant├│ el exprimido, pas├бndoselo de una mano a otra para no quemarse.
La muchacha, por un momento, hizo una incierta pausa frente a la puerta. тАФGracias тАФle dijo.
тАФVive de prisa. тАФMientras Murph cerraba la compuerta, se percat├│ de que probablemente la muchacha no
pod├нa vivir de prisa. Sus padres estar├нan esper├бndola cuando regresara a casa. Dormir├нa siete, ocho horas.
Ma├▒ana, viajar├нa en ├│mnibus repletos, andar├нa a los tumbos por los pasillos de la escuela, mirar├нa por las ventanas
y dejar├нa que el aburrimiento se la comiera viva. El peso de todo ese tiempo libre deprim├нa a las personas como
ella. A Murph le costaba mucho dinero vivir como viv├нa, pero al menos no se aburr├нa nunca.
En la pared del fondo, Grandull├│n estaba desnudo. Segu├нa con un agujero entre las piernas. Murph copi├│ all├н
un sector del vientre. Piel suave, fino vello rubio. 23:30:02. Volvi├│ a ponerle ropa a Grandull├│n. Una camisa azul,
suelta, con microsello; jeans negros, zapatos de malla... Lo que ├йl mismo ten├нa puesto, pero m├бs grande. Le
quedaban cinco horas y cuarenta y siete minutos. Levant├│ su cena e introdujo la lengua, a trav├йs del papel de
aluminio, en el tibio, jugoso y picante contenido. Se desplom├│ en la butaca.
Se pregunt├│ qu├й dir├нa Gata cuando se diera cuenta de que la ├║nica manera en que podr├нan hacerlo hoy era en
persona.
En las tres paredes y el cielorraso apareci├│ la pantalla de bienvenida de Muy Lejos. Se representaba como un
enorme rostro negro, dormido. Enmarcado por un revoltijo de cabello gris, patillas y barba.
Murph presion├│ el ├║ltimo enchufe cerebral para colocarlo en su sitio y el sistema comenz├│ a samplear la
actividad de su c├│rtex sensorial primario. A medida que cada sentido se iba conectando a la l├нnea, el icono
correspondiente comenzaba a fosforescer en la consola. Auditivo... visual... olfativo... La conexi├│n de
entrada/salida cerebral directa le hab├нa costado a Murph tres a├▒os de sueldo. Hab├нa tenido que gestionar un
pr├йstamo, pero val├нa la pena. Antes, desperdiciaba media hora en meterse, serpenteando, dentro del maloliente
traje de juergas. Si planeaba tener relaciones sexuales, deb├нa introducir el pene en una funda especial...
no-s├й-qu├й-t├йsica... cinest├йsica... El sistema ya estaba accediendo al c├│rtex secundario. La mayor├нa de la gente
que se conectaba a los fantasmas recib├нa placer por medio de las terminaciones nerviosas. Murph no ten├нa miedo
de invitar a Gata a pasar al interior de su cerebro. 23:34:52. Estaba listo.
тАФHola, soy yo тАФdijo Murph.
Muy Lejos despert├│. тАФ┬бGrandull├│n! тАФLas comisuras de los ojos de Muy Lejos se arrugaban cuando
sonre├нa.
тАФ┬┐Est├б ella?
тАФClaro. тАФSu voz se volvi├│ un bramidoтАФ. Hay much├нsima gente aqu├н.
тАФ┬┐Me espera desde hace mucho? тАФdijo Murph. Muy Lejos bostez├│. El aliento del fantasma le hizo
cosquillas en la cara. Murph disminuy├│ la intensidad de la ganancia sensorialтАФ. Tengo cinco horas y cuarenta y
dos minutos.
тАФSubi├│ la tarifa, Grandull├│n. тАФLa sonrisa de Muy Lejos se encogi├│ hasta convertirse en una mueca de