"John Varley - Incursion Area" - читать интересную книгу автора (Varley John)


тАФS├н.

тАФLa hemos localizado cerca del aeropuerto. Podemos transportarte antes que salga el avi├│n, as├н que t├║
ser├бs la introductora.

Gem├н y mir├й hacia arriba, al rostro que mostraba la pantalla: Elfreda Baltimore-Louisville, Directora de
los Equipos de Operaciones; un rostro sin vida y unas delgadas ranuras por ojos. ┬┐Qu├й se puede hacer
cuando todos los m├║sculos han muerto?

тАФDe acuerdo.

Es mejor aceptar lo que te ofrezcan.

Ella desconect├│ y yo dediqu├й los dos minutos siguientes a intentar vestirme sin dejar de mirar las
pantallas. Me grab├й en la memoria los nombres y facciones de los miembros de la tripulaci├│n, as├н como lo
poco que se sab├нa de ellos. Luego me apresur├й y alcanc├й a los dem├бs. Tiempo transcurrido desde la
primera se├▒al de alarma, doce minutos y siete segundos. M├бs nos val├нa empezar a movernos.

тАФMaldita Sun-Belt тАФse quej├│ Cristabel mientras se ajustaba el sujetador.

тАФPor lo menos ya no utilizan tacones altos тАФindic├│ Dave.

Un a├▒o antes, hubi├йramos ido tambale├бndonos por los pasillos, encima de plataformas de diez
cent├нmetros de altura. Todos vest├нamos blusas cortas de color rosa cruzadas diagonalmente por delante con
bandas blancas y azules, y llev├бbamos bolsas en bandolera para completar el juego. Me afan├й intentando
sujetarme con un alfiler la rid├нcula gorra, tan diminuta como una peque├▒a caja de p├нldoras.

Entramos empuj├бndonos unos a otros en la oscura Sala de Control de Operaciones y nos alineamos
ante el Portal. Los acontecimientos estaban ahora fuera de nuestro control. Hasta que el Portal estuviera
dispuesto no pod├нamos hacer m├бs que esperar.

Yo era la primera, estaba s├│lo a un metro de ├йl. Retir├й la mirada; me dio v├йrtigo. En cambio, me fij├й en
los gnomos sentados ante sus consolas, ba├▒ados en la luz amarilla de las pantallas. Ninguno de ellos me
devolvi├│ la mirada. No les gustamos demasiado; a m├н tampoco me gustan ellos. Todos est├бn ajados y
demacrados. Para ellos, nuestras piernas, traseros y pechos llenos son un reproche, un recuerdo indicando
que los de Captura comemos cinco veces m├бs que ellos a fin de poder estar presentables para la
representaci├│n. Mientras tanto, continuamos pudri├йndonos. Alg├║n d├нa yo misma estar├й sentada ante una
consola. Alg├║n d├нa estar├й ┬лincorporada┬╗ a una consola, con todas las v├нsceras fuera y nada en el cuerpo
excepto hedor. Que se vayan al infierno.
Ocult├й el rev├│lver bajo un mont├│n de pa├▒uelos de papel y barras de labios, en el bolso. Elfreda me
estaba mirando.

тАФ┬┐D├│nde est├б? тАФpregunt├й.

тАФEn una habitaci├│n de un motel. Estuvo sola desde las diez de la noche hasta el mediod├нa del d├нa del
vuelo.

La hora de salida del avi├│n era la una y cuarto. Hab├нa dejado poco tiempo de margen y tendr├нa prisa.
Bien.