"Vercoquin y el plancton" - читать интересную книгу автора (Vian Boris)

Capítulo III

La casa estaba situada muy cerca del Parque de Saint-Cloud, a doscientos metros de la estación de Ville d'Avrille, en el número treinta y uno de la calle Pradier.

Una glicina de 30° químicamente pura sombreaba el porche majestuoso prolongado por una saliente de dos escalones que daba acceso al gran salón del Mayor. Para llegar al porche mismo era necesario subir doce escalones de piedra natural estrechamente imbricados unos en otros y que formaban de esta manera, debido a este artificio ingenioso, una escalera. El parque, de una superficie de diez hectáreas (descripto parcialmente en el primer capítulo) estaba poblado por esencias variadas, y aun en ciertos puntos por carburante nacional. Conejos salvajes andaban a toda hora sobre los céspedes, buscando gusanos de tierra a los que esos animales son particularmente afectos. Sus largas colas arrastraban detrás de ellos, produciendo ese rechinamiento característico cuya perfecta inocuidad los exploradores gustan reconocer.

Un mackintosh domesticado con un collar de cuero rojo guarnecido de alabastro, se paseaba por las avenidas con aire melancólico, añorando sus colinas natales donde brotan los bagpiper.

El sol posaba sobre todas estas cosas su clara mirada de ámbar hervido y la naturaleza de fiesta reía con todos sus dientes del mediodía, de los cuales tres de cada cuatro eran de oro.