"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)


Harс cosa de dos o tres meses, _Antoniёo_ fue a confesarse, y en el
curso de su confesiєn, le dijo al cura que leэa periєdicos.

--бMalo! бMalo!...--refunfuёє el cura--. No veo quщ necesidad tienes t·
de leer periєdicos. бSiquiera fuesen de la buena Prensa!... Pero,
seguramente, serсn de la otra.

Eran de la otra, en efecto, y _Antoniёo_ lo reconociє asэ, aunque
aduciendo un motivo justificante.

--бQuщ quiere usted, padre!--exclamє--. La buena Prensa es tan mala!...

--No hay mсs Prensa mala que la mala Prensa--repuso el cura
sentenciosamente--. Y vamos a ver, ┐quщ periєdicos son esos que t·
lees?...

--Leo _El Sol_--dijo Antoniёo.

--_┐El Sol?_

--_El Sol_.

--┐Un periєdico de diez cщntimos?

--Justamente.

Un periєdico de diez cщntimos--pensє quizсs el cura--debe de ser tan
malo como dos periєdicos de cinco. Luego, en voz alta, continuє:

--┐Un periєdico que no admite el anticipo reintegrable?

--Sэ, padre--contestє _Antoniёo_ ya medio anonadado.

--┐Un periєdico--interrogє a·n el cura--que hace campaёa contra el
espionaje alemсn?

_Antoniёo_ no podэa negar.

--El mismo, padre--suspirє--. бEl mismo!...

--Pues, hijo mэo--dijo entonces el cura--. Lo siento mucho, pero no te
puedo dar la absoluciєn.

_Antoniёo_ se quedє aterrado. Si le hubiesen dejado sin novia, tal vez
hubiera podido resignarse. Hubiera podido tambiщn vivir alg·n tiempo sin
empleo, pero, бsin absoluciєn!...

--Pues yo--le dije a _Antoniёo_ cuando el pobre muchacho me contaba sus
cuitas--. Yo creo que, en caso necesario, podrэa vivir sin absoluciєn.