"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)

tumbas etruscas y creo que en ciertas monedas celtэberas. Don Casto
Sampedro, un distinguido arqueєlogo que se pasa la vida recogiendo
curiosidades celtas y romanas para el museo de Pontevedra, debiera
llevarse allэ un arado y, con poco esfuerzo, dotarэa asэ de una
antig№edad indiscutible a la simpсtica instituciєn.

Los carros gallegos tampoco han progresado mucho mсs que el arado. Al
avanzar, sus ruedas producen un sonido agudo que se va modulando en
inflexiones lentas y quejumbrosas. Dicen que este sonido anima a los
bueyes y les hace seguir andando. Tambiщn se podrэa sostener que el
ruido de unas botas nuevas anima al que las lleva y le impulsa a
continuar su camino... Dicen que sirve como de bocina para avisar a los
carros que vengan en direcciєn contraria, y es indudable que al ruido de
unas botas nuevas cabrэa atribuirle asimismo un objeto muy semejante...
Yo me he pasado horas y horas oyendo la voz de los carros gallegos. Me
parecэa una voz familiar, y tenэa la sensaciєn de haberla oэdo ya, hacэa
muchэsimos siglos.

_Chirrar d'os carros d'a Ponte_
_Tristes campanas d'Herbєn..._

Los carros gallegos cantan, y los poetas cantan el canto de los carros
gallegos. No les hablen ustedes a estos poetas de sembradoras mecсnicas
ni de trilladoras automєviles. Semejantes chismes destruirэan la poesэa
del campo, y entonces no habrэa certсmenes literarios, ni flores
naturales, ni nada. Las chicas elegantes, perdida toda esperanza de que
se las nombrase reinas en alguna fiesta del gay saber, no les harэan ya
ni pizca de caso a los pobres poetas, quienes tendrэan que limitar su
vida al prosaico empleэllo de la Delegaciєn de Hacienda o de la
Diputaciєn provincial. El hijo ilustre de la provincia, varias veces ex
ministro, no vendrэa nunca mсs de mantenedor a pronunciar discursos
grandilocuentes, y sus opiniones estщticas quedarэan inщditas en lo
porvenir... Serэa la ruina de la poesэa; y, ┐quщ se iba a hacer sin
poesэa en las capitales de segundo y tercer orden?

No. Los poetas quieren el carro primitivo y el arado virgiliano. Yo
tengo grandes sospechas de que si Virgilio viviese hoy, cantarэa la
trilladora mecсnica; pero Virgilio ha muerto, y su arado es como una
herencia que les hubiese dejado a todos sus sucesores. бEl arado
virgiliano! бEl carro venerable! бLa campiёa arcсdica, por donde los
rэos se deslizan mansamente!... En el fondo, es posible que los poetas
tengan razєn y que mсs valiera el que las cosas siguiesen asэ. Lo malo
es la competencia. Cuando los rэos de otras partes se han puesto de
lleno a trabajar y estсn constantemente transportando cargamentos y
moviendo turbinas, los nuestros tienen que prepararse a la defensa. Con
unos rэos ociosos y un material agrэcola prehistєrico no se puede
conseguir ya nada mсs que una flor natural en alg·n certamen literario
de provincias, una escribanэa de plata o una colecciєn de las obras
completas del marquщs de Figueroa.