"La Rana Viajera" - читать интересную книгу автора (Camba_Julio)de pedir que lo maten automсticamente y que lo desmenucen de un modo
cientэfico. Las costumbres patriarcales del cerdo gallego van desapareciendo. El cerdo progresa. Y si esto contin·a asэ, serс cosa de recomendar a nuestros polэticos que coman cabeza de cerdo a ver si se les pega algo. XVII LA VIEIRA Uno de los mariscos mсs dignos de estimaciєn es la _vieira_. Madrid, que lo ignora todo respecto a provincias, no come _vieiras_, y es una lсstima. Asadas en su concha, con un diente de ajo y un poco de pimentєn, las _vieiras_ son bastante mсs sabrosas que esos cangrejos de celuloide con que los madrileёos pretenden consolarse de su falta de mar. En Inglaterra la vieira carece de triptongo; se llama _scallop_, y este nombre, escaso en vocales, es como si le quitara la mitad del gusto. Sin embargo, la _vieira_ tiene allэ, por lo menos, tanta popularidad como la ostra. En Francia las vieiras bretonas, las vieiras armoricanas, gozan de gran reputaciєn y son consideradas un bocado _vieiras_? Las llaman _coquilles Saint-Jacques_, o conchas de Santiago. Porque la vieira es el marisco del Apєstol. Es un marisco casi sagrado, asэ como otros mariscos son literarios, y otros, polэticos. Se cuenta que cuando el cuerpo de Santiago fue conducido al Padrєn, un caballero que deseaba acompaёarlo llegє tarde al puerto. El barco habэa izado ya sus velas y se perdэa en el horizonte, sobre un mar de oro y de plata. Entonces el caballero hizo el signo de la cruz y se lanzє audazmente entre las olas. Durante varios dэas su caballo fue galopando sobre el fondo del mar, con gran asombro de merluzas y salmonetes, y cuando llegaron a Iria Flavia, caballo y caballero estaban cubiertos de _vieiras_. Desde entonces la vieira ha sido el sэmbolo de los peregrinos, y para que щstos no tuviesen que ir a buscarlas debajo del mar--la experiencia del caballero no se consideraba concluyente y habэa el temor de que alg·n peregrino pudiese morir ahogado--, los santiagueses se las vendэan ya muy bien preparadas. Al principio vendэan conchas naturales. Despuщs hacэan conchas de cobre, de plata, de latєn, de porcelana y de azabache. Todavэa existe en Santiago la calle de los Azabacheros, desde donde se ve una fachada de la catedral, y a esta fachada se la llama la Azabacherэa. Y muchas casas, que antiguamente sirvieron de mesones para los peregrinos, conservan a·n, como distintivo, una concha de vieira esculpida a la entrada. Pocos mariscos unirсn, como la _vieira_, una carne tan sabrosa a un |
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