"Philip Jose Farmer - Lord Tyger" - читать интересную книгу автора (Farmer Phillip Jose)

secara la boca durante las furiosas disputas y los largos discursos que se pronunciar├нan, as├н como para ir
reuniendo valor. Atacar a lo que ellos cre├нan era un fantasma precisaba mucho valor.

Ras dej├│ de tocar la flauta y empez├│ a cantar, vuelto hacia la islita. Bigagi estaba all├н, donde terminaba el
puente que la un├нa a la tierra. Era el hombre m├бs alto de todos los wantso, aunque Ras le ganaba por una
cabeza. Y tambi├йn era apuesto, aunque en ese momento su rostro quedaba oculto por las rosadas
plumas de flamenco que llevaba en la cabeza. Ras pensaba que no era muy inteligente dejar medio ciego
a un hombre que estaba protegiendo a su novia, pero as├н lo exig├нa la costumbre de los wantso. Bigagi
llevaba tambi├йn una capa hecha con piel de leopardo y por lo dem├бs iba desnudo, aunque su pene
estaba pintado de rojo y de ├йl colgaba una larga cuerda con borlas emplumadas que le llegaba hasta las
rodillas.

Bigagi, comprendiendo la canci├│n de Ras incluso a esa distancia, se apart├│ las plumas de la cara, agit├│
su lanza y empez├│ a gritar, muy irritado. El cobre de la punta brill├│ con un apagado resplandor rojizo
bajo la luz solar.

En la islita hab├нa un ├бrbol. Ten├нa una sola rama, ya que le hab├нan cortado todas las otras, y en mitad de la
rama hab├нa una cuerda hecha con piel de cocodrilo. Del extremo de la cuerda colgaba un armaz├│n de
bamb├║, suspendido a unos tres metros por encima del barro y la hierba de la islita. La cuerda estaba
unida al palo central de la plataforma hecha con bamb├║ y otras cuerdas, unidas a los extremos de ├йsta,
sub├нan hasta terminar en la cuerda central para proporcionarle un inestable equilibrio a toda la armaz├│n.

Wilida estaba sentada junto a la cuerda central, agarrada a ella con una mano. No pod├нa moverse
mucho, o har├нa que la plataforma se inclinara locamente. Quien estuviera bajo ella no pod├нa verla pues la
ocultaba una valla de bamb├║ en la que hab├нan entrelazado lianas y hojas, y en la que hab├нa tambi├йn
im├бgenes de los esp├нritus talladas en madera. Estaba sentada en un peque├▒o taburete. Llevaba en la
cabeza un gigantesco sombrero c├│nico de paja con el ala muy ancha que daba sombra a todo su cuerpo,
y tambi├йn una m├бscara de paja. Ten├нa los pechos opulentos y en forma de cono, con los pezones
levemente inclinados hacia arriba, y cada uno de ellos era tan grande como la yema de su pulgar. Los
pezones estaban pintados de blanco y en sus pechos hab├нa pintados tres c├нrculos conc├йntricos en rojo,
blanco y negro. Sus nalgas estaban pintadas de escarlata, as├н como su pubis, que hab├нa sido afeitado
hasta dejarlo sin vello, aunque ah├н llevaba un tri├бngulo de corteza de ├бrbol para taparlo.

Wilida se quit├│ por un instante la m├бscara y, antes de volver a pon├йrsela, mir├│ a Ras, y ├йste vio el
destello blanco de sus dientes.

Los cocodrilos parec├нan troncos y sus hocicos y ojos, medio hundidos entre los pliegues del cuero, iban
y ven├нan por el canal que hab├нa entre la pen├нnsula y la islita, patrull├бndolo incesantemente. Al extremo sur
de la islita se ve├нan las grandes fauces de un cocodrilo medio hundido en el fango. Normalmente, los
wantso limpiaban de cocodrilos esta parte del r├нo mediante cacer├нas mensuales, pero cuando hab├нa que
vigilar a una novia atra├нan a los cocodrilos para que volviesen. Se cog├нa una cabra o un cerdo, se les
abr├нa la garganta para que brotara la sangre, y se los colgaba cabeza abajo, con lo que los cocodrilos
acud├нan al reclamo de la sangre flotando desde m├бs arriba de la corriente. Despu├йs, los aldeanos
arrojaban comida al r├нo, y si alg├║n beb├й nac├нa muerto o se produc├нa alguno de los frecuentes abortos
tambi├йn iban a parar a los cocodrilos.

тАФPero vosotros me hab├йis arrojado lanzas, hab├йis arrojado vuestras lanzas contra m├н, contra el
fantasma blanco, Lord Tyger, que deseaba ser amigo vuestro. Por eso, hombres de los wantso, los hace
volverтАЪ rugido por rugido y os arrojarтАЪ esa misma lanza que me hab├йis tirado. Y buscarтАЪ a vuestras
mujeres durante la noche, hombres de los wantso; enviarтАЪ contra ellas la gran serpiente blanca cuya cola