"Norman Spinrad - Black-Out" - читать интересную книгу автора (Spinrad Norman)necesario demostrar astucia y tomar la carretera por la ma├▒ana. Hab├нan circulado toda la
noche en direcci├│n a las sierras, en medio de un tr├бfico muy denso. No porque lo hubiera querido as├н de manera deliberada, sino simplemente porque todos los hoteles que hab├нan encontrado estaban llenos. Y cuando, en un momento dado, renunciaron a buscar una habitaci├│n, y decidieron dormir los cuatro en el coche, con los chicos que no cesaban de alborotar y de contar historias sobre marcianos, y con Mildred que se sobresaltaba al menor ruido extra├▒o, Fredie consider├│ que, pese a todo, quiz├бs no hab├нa sido realmente astuto. Pero al despertarse en medio de un embotellamiento, un embotellamiento en medio de aquella comarca salvaje, pens├│ de nuevo que en el fondo no hab├нa sido tan tonto. Tan lejos como alcanzaba la vista, y en un largo valle rectil├нneo, los carriles de la autopista que se dirig├нan hacia el norte, no eran m├бs que un conglomerado de autom├│viles pr├бcticamente inm├│viles. Concierto de cl├бxones, radiadores humeantes, motores jadeantes que poco despu├йs agonizaban, y una gran nube de contaminaci├│n que se extend├нa a lo largo de la autopista en ebullici├│n. Los arcenes estaban invadidos por coches aparcados, motores quemados, neum├бticos reventados, o por personas que, como ellos, se hab├нan detenido a dormir al borde de la carretera. Unos helic├│pteros volaban por encima de esta aglomeraci├│n, produciendo un zumbido como el de las moscas alrededor de un estercolero. Era claro que la situaci├│n deb├нa ser la misma en una direcci├│n hasta Los ├Бngeles, y en la otra hasta Nome. тАФ┬бSe├▒or! тАФgru├▒├│ Mildred levant├бndose del asientoтАФ, ┬бParece como si estuvi├йramos en Disneylandia el d├нa de la fiesta Nacional! тАФ(Pap├б, qu├й tomaremos para desayunar? тАФpregunt├│ KimтАФ. Tengo hambre. тАФHe de ir al lavabo тАФgimi├│ TimmyтАФ. Es verdaderamente necesario... Freddie mir├│ la carretera en direcci├│n al norte. Tambi├йn quer├нa ir al lavabo. Ning├║n jungla de cromo, de tubos de escape y de caucho, se podr├нa tardar todo el d├нa para recorrer una treintena de kil├│metros. Hacia el sur no hab├нa nada interesante, pero la autopista estaba vac├нa de coches, y probablemente lo estuviera hasta Torrence. тАФ┬бARROARRR! Freddie salt├│ de su asiento mientras una escuadrilla de Phantoms les sobrevolaba en vuelo rasante. тАФBueno, ┬бlo que faltaba! тАФdijo Freddie en tono secoтАФ. Si es el fin del mundo, que lo sea; tanto da esperarlo al lado de un lavabo. Nos vamos a casa. тАФPero pap├б... тАФ┬бSe acab├│! тАФgru├▒├│ Freddie arrancando el motor. Gir├│ el coche en ├бngulo recto, lo dirigi├│ hacia el primer hueco disponible, maniobr├│ en un reducido espacio y dio media vuelta, adentr├бndose en la autopista en direcci├│n al sur. Una vez en la carretera desierta, Freddie se puso a denostar a los imb├йciles que se encontraban atrapados en el embotellamiento. тАФLemmings. ┬бEso es lo que sois todos vosotros!, ┬бUna pandilla de lemmings tarados! тАФPap├б, ┬┐qu├й es un lemming? Hac├нa buen tiempo en San Francisco, y desde lo alto de la Colt Tower, Ted y Ver├│nica pod├нan ver el embotellamiento cerca de la Golden Gate, las carreteras vac├нas que serpenteaban en medio de las colinas, el Bay Bridge desierto, y una impresionante concentraci├│n de buques de guerra en el puerto de Oakland. Ted hab├нa pensado hacer auto-stop a lo largo de la costa para ir a Redwood Country y esperar a que el golpe militar hubiera terminado. Despu├йs, seg├║n la gravedad de la situaci├│n, volver├нa a su casa de Berkeley, o si no, se dirigir├нa a la frontera canadiense. |
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