"Arkady & Boris Strugatsky - Stalker" - читать интересную книгу автора (Strugatski Arkady)En la Zona no se puede disparar тАУdice aleccionador-. En la Zona, no digamos disparar, a
veces es peligroso tirar una piedra. ┬┐Y t├║? тАУpregunta al Profesor. Este coge con dos dedos el borde del cuello del anorac. - Para un caso as├н yo traigo una ampolleta тАУdice contrito. - ┬┐Qu├й, qu├й? - Una ampolleta de defensa. Veneno. El Gu├нa esta pasmado. - ┬бVenga, venga, muchachos!тАж No, esoтАж ┬┐Es que han venido aqu├н a morir? ┬┐No quiere nadie aliviarse? тАУsalta a los durmientes- Miren, despu├йs es posible que no haya tiempo. O no haya d├│ndeтАж Se aparta de la vagoneta y desaparece al instante en la niebla. - Pues, tiene raz├│n, ┬┐para qu├й ha venido usted aqu├н? Un escritor de moda, con una quinta tan estupendaтАж Las mujeres, de seguro, se le cuelgan al cuello en racimosтАж -El Profesor mira al Escritor enarcando las cejas. - Eso usted no lo puede comprender, Profesor тАУresponde distra├нdamente el Escritor, arrojando al aire y recogiendo en la mano un vasito plegable-. Hay un concepto que se llama inspiraci├│n. Voy a solicitarla. - ┬┐C├│mo es eso, quiere decir que ha perdido la vena literaria? тАУpregunta el Profesor en voz baja. - ┬┐Qu├й? Ah, s├н, el caso es que nunca la tuve. Bueno, esto no es interesante. ┬┐Y usted? El Profesor no tiene tiempo de responder. Aparece el Gu├нa. - Pronto nos iremos. Prep├бrense. PARTE 3 La Zona La niebla se ha desvanecido. s├нntoma de vida, sumido en verdosas sombras. Pero sobre el horizonte, propag├бndose en el claro cielo, despunta un resplandor esmeralda, puro como el color del arcoiris: el alba propio de la Zona. Y tras la negra cadena de los cerros asoma pesadamente el sol verde, roto en varios pedazos desiguales. - Tambi├йn por esto he venido aqu├нтАж -pronuncia con voz ronca el Escritor. Su rostro es verdoso como el del Profesor. El Profesor calla. - No miran donde deben тАУdice la voz del Gu├нa-. Miren aqu├н. El Escritor y el Profesor se vuelven. A la derecha del terrapl├йn tambi├йn se prolonga un llano montuoso, se ven a lo lejos unos postes, el armaz├│n retorcido de una l├нnea de alto voltaje. Se divisa una carretera entre los cerros. Aqu├н el terrapl├йn describe un ancho arco, y desde el lugar donde est├бn nuestros personajes se ve bien la cabeza del convoy que trajo aqu├н hace tiempo una unidad de tanques. Pero algo habia ocurrido ahi, delante, la locomotora y las dos primeras plataformas habian descarrilado, varias de las plataformas siguientes estaban atravesadas en la via, los tanques caidos ense├▒aban los costados o las orugas al aire en el terrapl├йn y bajo el terrapl├йn. Por lo visto, habian conseguido bajar varios carros al pie del terrapl├йn y hasta intentaron llevarlos a la carretera, pero no llegaron: quedaron parados entre la carretera y el terrapl├йn en peque├▒os gupos, con los caflones apuntando a diversos lados, algunos, no se sabe por qu├й, sin orugas, otros hundidos en el suelo hasta la torrecilla, unos cerrados herm├йticamente y otros, con las escotillas abiertas de par en par. - Y d├│nde est├б... la gente? -pregunta en voz baja el Escritor-. Porque alli habia gente. - Lo mismo pienso yo aqui cada vez -responde el Guia bajando la voz-. Porque yo los vi embarcar en nuestra estaci├│n. Yo era entonces un chiquillo. Entonces todos creian que |
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