"Arkady & Boris Strugatsky - Stalker" - читать интересную книгу автора (Strugatski Arkady)eran intrusos que querian conquistarnos. Por eso lanzaron a estos... Estrategas... -escupe-.
No volvi├│ nadie. Ni un alma. Penetraron. Bueno, basta. Entonces, nuestra direcci├│n general ser├б aquel poste que se ve alli. . . -Extiende el brazo se├▒alando-. Pero no miren el poste. Miren a sus pies. Lo he dicho y lo repito otra vez. Ustedes son unos mierdas. Unos novatos. Sin mi no valen nada, est├бn perdidos como conejos. Por eso yo ir├й detr├бs. Iremos en fila india. Encabezar├бn la marcha por turno. Primero ir├б el Profesor. Yo se├▒alo la direcci├│n, no se aparten porque ser├б peor para ustedes. Tomen la mochila. El Profesor se echa, la mochila a la espalda. - Asi, Profesor, la primera direcci├│n es aquella piedra blanca. ┬┐La ves? Andando. -ordena el Guia. El Profesor comienza a descender del terrapl├йn ell primero. Cuando se aleja cinco pasos, cl Guia ordena: - ┬бOye, t├║, Escritor! ┬бSiguelo! Y, aguardando un poco, empieza a descender ├йl mismo. Ha terminado la ma├▒ana verde de la Zona, se ha diluido en la luz habitual del sol. Tras haber descendido del terrapl├йn, trepan ahora despacio, en fila india, por la pendiente suave de un cerro. Desde aqui el terrapl├йn se ve como sobre la palma de la mano. Algo raro ocurre alli, sobre los tanques vencidos; se diria que chorros de aire caliente ascienden sobre este lugar: de cuando en cuando se enciende y tornasola en ellos un brillante arco iris. Pero no miran all├н. El Profesor va delante y antes de cada paso escudri├▒a receloso el lugar donde poner el pie. El Escritor lo sigue, mirando no tanto a sus pies como a los del Profesor. Observa mal la distancia, pero el Guia de momento calla. Su mirada resbala con la autom├бtica rapidez acostumbrada de sus propios pies a la nuca del Escritor, a la nuca del El Profesor llega a la cumbre del cerro, y el Guia ordena al instante: - ┬бAlto! El profesor se detiene obediente, pero ├йl Escritor da otros dos pasos y se vuelve muy disgustado. El Guia est├б inm├│vil, entrecerrados los ojos, y mueve los dedos de la mano extendida como palpando algo en el aire. - Bueno, ┬┐Que pasa ahi? - inquiere con repugnancia el Escritor. El Guia baja cuidadosamente la mano y se acerca de lado al Profesor. En su rostro se reflejan la tensi├│n y la perplejidad. - No se muevan -dice con voz ronca-. Ahi parados, sin moverse... El Escritor mira a los lados asustado. - ┬бNo te muevas, imb├йcil! -profiere con voz ronca el Guia. Est├бn inm├│viles, como estatuas, y los rodea la hierba verde y apacible, los arbustos ondulan despacito al soplo del viento, y todo lo ilumina un sol esplendente y acariciador. Luego el Guia dice de pronto en un suspiro: - Hemos salido de un mal paso... Andando. No, aguarden, echemos un pitillo. Se sienta en cuclillas y saca del bolsillo una cajetilla de tabaco. Tira de un cigarrillo con los labios y tiende la cajetilla al Profesor, que se acuclilla al lado. El Escritor pregunta con irritaci├│n: - Bueno, ┬┐puedo acercarme a ustedes, por lo menos? - Si -responde el Guia dando una chupada-. Puedes acercarte.Ac├йrcate.- Su voz se endurece-. ┬┐Qu├й te habia dicho yo? El Escritor se detiene a medio camino. - ┬┐Que te habia dicho yo, mamarracho? Yo te digo тАЬ┬бAlto!тАЭ y tu sigues arreando; yo te |
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