"Arkady & Boris Strugatsky - Stalker" - читать интересную книгу автора (Strugatski Arkady)

digo: тАЬ┬бNo te muevas┬бтАЭ, y t├║ venga a mover el boteтАжNo, ├йl no llegar├б тАУdice el Gu├нa al
Profesor.
- ┬┐Que se le va a hacer? Reacciono mal -dice quejumbroso ├йl Escritor-. Deme un pitillo,
por favor...
- Si reaccionas mal tenias que haberte quedado en casa -dice ├йl Guia, sacando del bolsillo
un pu├▒ado de tuercas de diferentes tama├▒os.
Empieza a тАЬtantearтАЭ el camino.
Tira una tuerca delante. Pausa. Se acerca despacio al lugar donde ha caido. Tira otra. Y
asi paso a paso, de una tuerca a otra.
El Guia llama al Profesor:
- ┬бVenga! Parece que hemos salido del paso. . .
Avanzan con pies de plomo. El Profesor, el Escritor y el Guia. El sol ya est├б en lo alto, en
el cielo no hay ni una nubecilla, achicharra. A la izquierda, la ladera; a la derecha, una
acequia llena de agua negra estancada. Profundo silencio, no se oyen p├бjaros ni insectos,
S├│1o susurra la hierba bajo los pies.
A los pocos pasos el Escritor empieza a silbar una musiquilla. Da varios pasos m├бs, se
agacha, recoge una varita y sigue adelante golpeando con la varita la pernera del
panta1├│n.
El Guia observa con dura mirada sus acciones. Y cuando el Escritor se pone a quebrar
con la varita las florecillas marchitas a diestra y siniestra, el Guia saca del bolsillo una
tuerca y la arroja con buena punteria a la nuca del Escritor. Un repentino chillido
interrumpe el alegre silbido.
El Escritor se lleva las manos a la cabeza y se sienta en cuclillas, encogi├йndose. El Guia
se detiene a su lado.
- Asi ocurre -dice-. Pero no creo que te diera tiempo a chillar. . . ┬┐No te has ensuciado en
los pantalones?
El Escritor se endereza lentamente.
- ┬┐Que ha sido? -pregunta asustado, palp├бndose la nuca.
- He querido mostrarte lo que ocurriria si vas asi por la Zona! -explica el Guia-. Eres un
suicida.
- Bueno, bueno -responde el Escritor, humedeci├йndose los labios con la lengua-.
Entendido.
Atraviesan un vertedero. Brillan cristales rotos, est├бn tirados una tetera abollada, una
mu├▒eca con las piernas arrancadas, trapos, montones de latas de conserva oxidadas...
Ahora va delante el Escritor, su rostro tiene una expresi├│n mal├йvola y tensa, tuerce el
gesto.
Una enorme zanja. La llena el cuerpo medio desinflado de un aer├│stato de la defensa
antia├йrea. VAn pisando la superficie que cede bajo sus plantas, andan despacio,
moviendo con cuidado los pies, y de pronto el Escritor profiere un grito raro como
graznido de un cuervo y se detiene.
Y empieza a empaparse. E1 liquido brota de su cuerpo atravesando las ropas, le chorrea
la cara, de los dedos agarrotados manan chorritos, los cabellos se le pegan a las mejillas y
despu├йs empiezan a resbalar en mechones sobre el pecho y los hombros.
- Tranquilos, muchachos -profi├йre el Guia-. Nos hemos colado. ┬бT├║mbate! -grita al
Escritor-. ┬бPrueba a tumbarte! ┬бY t├║ tambien, Profesor! ┬бA tierra! No te apures, no te
apures... ├йl se tumbar├б ahora...
El Guia y el Profesor se echan al su├йlo, pero el Escritor no puede. Los calambres
estremecen su cuerpo.
Pero luego todo cesa igual de inesperadamente. E1 liquido se va secando a ojos vistas. El
Escritor est├б ya tan seco como antes, pero en sus hombros y en el pecho cuelgan,