"John Varley - Incursion Area" - читать интересную книгу автора (Varley John)


Odio los zombies. Realmente los odio. Cada vez que sujeto el correaje de uno de ellos, si es una ni├▒a
me pregunto si es Alice. ┬л┬┐Eres t├║ acaso mi hija, vegetal, gusano, lombriz de tierra?┬╗ Me un├н a los de
Captura cuando los par├бsitos del cerebro devoraron la vida de la cabeza de mi ni├▒a. No pod├нa soportar
pensar que ella representaba la ├║ltima generaci├│n; que los ├║ltimos seres humanos que jam├бs hubiesen
vivir├нan sin nada en la cabeza, cl├нnicamente muertos seg├║n normas que reg├нan incluso en 1979, con
microprocesadores movi├йndoles los m├║sculos para mantener su tono de actividad. Una crece, alcanza la
pubertad siendo a├║n f├йrtil тАФuna entre milтАФ y se apresura a quedar encinta con la primera menstruaci├│n.
Luego una averigua que su madre o su padre transmiti├│ una enfermedad cr├│nica grabada en los propios
genes y que ninguno de sus hijos ser├б inmune. Yo sab├нa de la paralepra; crec├н con los puntas de los pies
pudri├йndose. Pero esto era demasiado. ┬┐Qu├й puede hacer una?

S├│lo uno de cada diez zombies ten├нa el rostro adaptado a medida: hace falta tiempo y mucha habilidad
para construir una nueva cara que pueda soportar la autopsia hecha por un m├йdico. El resto ven├нa
premutilado. Tenemos millones de ellos; no es dif├нcil encontrar un cuerpo suficientemente parecido. La
mayor├нa de ellos seguir├нan respirando, demasiado torpes para dejar de hacerlo hasta que se estrellaran con
el avi├│n.

La nave se agit├│ violentamente. Mir├й el reloj: cinco minutos para el impacto. Tendr├нamos tiempo. Estaba
con mi ├║ltimo zombie. Pude o├нr a Dave llamar fren├йticamente a tierra. Lleg├│ una bomba por el Portal y la
arroj├й dentro de la cabina. Pinky activ├│ el detonador de presi├│n de la bomba y sali├│ corriendo, seguida de
Dave. Liza ya hab├нa pasado por el Portal. Agarr├й las inertes zombies vestidas de azafatas y las tir├й al suelo.
El aparato empez├│ a deshacerse y un trozo atraves├│ la sala. Empezamos a perder presi├│n. La bomba
arranc├│ parte de la cabina (el equipo de investigaci├│n interpretar├нa тАФesper├бbamosтАФ que un trozo del
aparato la atraves├│ y mat├│ a la tripulaci├│n: no hab├нa m├бs palabras del piloto en el grabador de vuelo) y
viramos lentamente a la izquierda y hacia abajo. Me vi empujada hacia el orificio del costado de la nave,
pero me las arregl├й para sujetarme a un asiento. Cristabel no tuvo tanta suerte. Fue lanzada hacia la parte
trasera.

Empezamos a subir levemente, perdiendo velocidad. De pronto, el lugar del pasillo en que yac├нa
Cristabel se encontr├│ en la parte alta. Le sal├нa sangre de la sien. Mir├й atr├бs: todos se hab├нan ido y en el
suelo estaban amontonadas tres zombies vestidas de rosa. El avi├│n comenz├│ a ratear, a entrar en picado, y
mis pies se alzaron del suelo.

тАФ┬бVamos, Bel! тАФgrit├й. El Portal s├│lo estaba a un metro de distancia de m├н, pero empec├й a impulsarme
hasta donde flotaba ella. El avi├│n dio un salto y ella golpe├│ el suelo. Incre├нblemente eso pareci├│ despertarla.
Empez├│ a nadar hacia m├н, y le di la mano en el momento en que el suelo volv├нa a alzarse para aplastarnos
de nuevo. Nos arrastramos mientras el avi├│n sufr├нa su agon├нa definitiva y llegamos a la puerta. El Portal no
estaba.

No hab├нa nada que decir. Nos ├нbamos a estrellar. Es bastante dif├нcil mantener en su sitio el Portal en un
avi├│n que se mueve en l├нnea recta; pero cuando un p├бjaro empieza a picar en espiral y a desintegrarse, las
matem├бticas se hacen espantosas. Eso me han dicho.

Abrac├й a Cristabel y le sostuve la ensangrentada cabeza. Estaba aturdida, pero se las arregl├│ para
sonre├нr y encogerse de hombros. Una acepta lo que le ofrecen. Me apresur├й a ir al lavabo y apoy├й a
Cristabel en el suelo, haciendo yo lo mismo, la espalda contra el mamparo de proa y Cristabel entre mis
piernas, con la suya hacia el frente. Como en los entrenamientos. Apretamos los pies contra la otra pared.
La abrac├й fuertemente y llor├й sobre su hombro.