"Me Muero Por Ir Al Cielo" - читать интересную книгу автора (Flagg Fannie)La sala de espera 9h 58m de la mañana Por culpa del retraso en el paso a nivel, Norma y Macky llegaron al hospital unos ocho minutos después que la ambulancia. La mujer de recepción les dijo que habían llevado a Elner a la sala de urgencias y que no sabía nada sobre su estado, pero el médico acudiría a la sala de espera para informarles en cuanto supiera algo. Entretanto, Norma tendría que rellenar un montón de impresos del seguro y responder a diversas preguntas lo mejor que pudiera. Le temblaban tanto las manos que casi no era capaz ni de escribir. Naturalmente, no sabía qué poner en el apartado de la edad de la tía Elner. Como muchas personas de su generación, había nacido en casa, y la única prueba de la fecha de nacimiento era la Biblia familiar en la que se había hecho constar, pero ésta había desaparecido hacía años. La madre de Norma siempre mentía acerca de su edad, y seguramente fue ella la que hizo desaparecer la Biblia. En consecuencia, ahora no había forma de saber los años de la tía, así que apuntó ochenta y nueve. Se volvió hacia Macky. – ¿Crees que es alérgica a algún medicamento? Él meneó la cabeza. – No, creo que no. Norma leyó la lista de todos los achaques pasados o presentes, y acabó marcando «no» en todos. Por lo que sabía, la tía Elner no había estado realmente enferma ni un solo día de su vida, aunque no sabía por qué. La mayoría de las personas de esa edad ya había pasado por algo, y teniendo en cuenta sus hábitos alimenticios o que lo cocinaba todo con mantequilla, ya años atrás debería haber sufrido diabetes o algún ataque cardíaco; sin embargo, al parecer seguía gozando de buena salud. Desde luego, la tía no era débil; continuamente estaba levantando bolsas de diez kilos de alpiste pese a que se le había dicho que no lo hiciera. Tras rellenar todos los formularios, Norma se dirigió de nuevo a Macky. – ¿Llamamos a Linda y le contamos lo que ha pasado? – No, cariño, esperemos y veamos primero qué hay, no vayamos a preocuparla por nada. La tía Elner está en buenas manos, todo saldrá bien, ya lo verás. Norma respiró hondo y alargó la mano para apretar la de Macky. – Menos mal que te tengo a ti. Si no, no sé qué haría; supongo que volverme completamente loca. |
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