"Contravida" - читать интересную книгу автора (Bastos Augusto Roa)4La dueña de casa me llevaba caldos que mis labios rotos por el choque de una laja en el túnel sólo podían sorber a tragos lentos y espaciados. Me aflojó la venda de la cabeza. Reconocí el sitio donde las mujeres me habían guarecido: el triángulo escaleno que va desde la catedral al antiguo seminario, convertido en cárcel; desde el viejo Cabildo, pasando por el enorme castillo de la Escuela Militar, hasta el Departamento de Policía. No había corrido en mi fuga más de quinientos metros, hasta caer por el derrumbadero de los basurales en el hondón del potrero, lejos de las casas altas que los mercenarios enriquecidos del régimen habían hecho levantar en su lugar de origen de barro y miseria. Empecé a oír las campanadas de la catedral dando las horas. Esas campanadas me recordaban la queja de los presos contra el reloj catedralicio: Un refrán viejo como la cárcel pegada a la iglesia metropolitana. Un preso preguntó al El cura, protector de los presos y cómplice de alguna que otra evasión, le respondió guiñándole un ojo: «Seguramente para recordarnos la lentitud con que arden los carbones del infierno.» |
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